Claudia Xiong Arques Medina es alumna del Doble Grado en Educación Infantil y Primaria Bilingüe en la Universidad Loyola. Actualmente acaba de terminar un voluntariado internacional “Vuela” gracias al Servicio de Evangelización y Diálogo de la Universidad (SED).
Afirma que durante los años de carrera ha aprendido el valor del voluntariado. “Ser voluntario equivale a dar los mejor de cada uno, a sacar una sonrisa a tu alrededor y ser parte de su felicidad. Ser voluntario es querer dar sin requerir nada a cambio, es disfrutar de cada momento y amar al prójimo”.
Desde lo más personal, le encanta tratar con niños, jugar, conversar y ayudarles en lo que necesiten. El año pasado, con la experiencia “tras las huellas“, también del SED, tuvo la oportunidad de visitar y conocer la comunidad de Sant’Egidio. Allí le explicaron su origen y su funcionamiento gracias a los testimonios de las personas beneficiadas de aquel lugar así como las viviencias de otros voluntarios.
“Poder tener la oportunidad de conocer más sobre esta organización me pareció una gran idea, por lo que me inscribí para realizar dicho voluntariado”
Claudia insiste en que se llevo miles de aprendizajes y grandes momentos junto a los niños y compañeros de VUELA. “Al estudiar educación infantil y primaria he podido aplicar y aportar mi ayuda como docente. A lo largo de las 3 semanas hemos tenido altibajos, pero hemos sabido buscar soluciones y tratarlo de la mejor forma posible, aprendiendo que los obstáculos nos fortalecen. Además, poder escuchar situaciones y vivencias de las personas nos permite concienciarnos y valorar nuestro alrededor”.
Sobre las escuelas de verano sant’egidio VUELA en Roma
Sant’Egidio expresó su gran preocupación por todos aquellos menores que, especialmente en los suburbios, no han podido acceder a la escuela online y han acumulado graves retrasos en su escolarización. Para ello, quiere proponer intervenciones para poner en marcha actividades de verano y vías de reinserción escolar para esos menores frágiles, con el fin de contrarrestar la brecha de aprendizaje generada por la emergencia sanitaria.
El compromiso de los jóvenes voluntarios ayudará a los niños a llevar a cabo las actividades propuestas. Además, venir de otros países les permitirá ampliar sus horizontes y entrar en contacto con realidades distintas de la periferia en la que viven.