El llamamiento a ser constructores de paz es el eje vertebrador del mensaje que el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, ha dirigido a la comunidad diocesana con motivo del nuevo año 2026.
El mensaje está enmarcado en la celebración de la Jornada Mundial de la Paz, la primera jornada del año, y en el mensaje que con este motivo ha dirigido el papa León XIV, en el que exhorta a “trabajar por la paz, a caminar hacia una paz desarmada y desarmante”.
“La paz no es la mera ausencia de la guerra»
Monseñor Saiz Meneses subraya que la paz se construye desde lo pequeño -“la familia, el trabajo, la convivencia diaria”-, y desde lo grande –“las decisiones políticas, los acuerdos internacionales, el destino de los pueblos”-. En esta línea, recuerda que en la constitución pastoral Gaudium et spes del Concilio Vaticano II se lee que “la paz no es la mera ausencia de la guerra, ni se reduce al solo equilibrio de las fuerzas adversarias, ni surge de una hegemonía despótica, sino que con toda exactitud y propiedad se llama obra de la justicia”.
Por eso, el arzobispo de Sevilla aboga por “sanar las heridas que alimentan los conflictos”. En este punto enumera “la injusticia, el desprecio del otro, la corrupción, la explotación, la mentira organizada y el olvido de los pobres”. “La paz auténtica exige verdad, justicia y caridad social”, añade.
Lugares en conflicto
A continuación, enumera algunos de los conflictos armados que hoy asolan el planeta: Ucrania, de Gaza, Sudán y Sudán del Sur, Mali, Burkina Faso, la República Democrática del Congo, Yemen, Haití, Myanmar, Nigeria y “tantos lugares menos visibles donde la violencia, el miedo y la muerte se han hecho cotidianos”.
Finaliza su mensaje de Año Nuevo con una invitación a orar y luchar por la paz, y pide a la comunidad diocesana de Sevilla que sea “mensajeros, educadores, constructores de paz”, porque la paz es “don de Cristo resucitado, Él -añade- es nuestra paz”. Antes de encomendarse a la intercesión de María Santísima, Reina de la Paz, monseñor Saiz Meneses concluye afirmando que “la paz es don y es tarea”.



