Garantizar a las familias un empleo estable y una vivienda digna no es solo una cuestión de justicia social, sino una inversión estratégica en el futuro de Andalucía.
Con esta premisa, la Defensoría de la Infancia y Adolescencia de Andalucía y Save the Children han impulsado la jornada Construyendo Bienestar: La infancia en el centro de las políticas de vivienda y empleo, un espacio de diálogo y propuestas para situar a la infancia en el centro de las políticas públicas de vivienda y empleo. La estabilidad del hogar y la seguridad económica son pilares fundamentales para que los niños y las niñas crezcan con oportunidades reales, desarrollen su talento y contribuyan al progreso de nuestra sociedad.
La jornada ha reunido a representantes institucionales, expertos, organizaciones sociales y profesionales del ámbito de la infancia, con el objetivo de visibilizar cómo las condiciones de vivienda y empleo impactan directamente en el bienestar y desarrollo de la infancia, y de promover un enfoque integral que garantice sus derechos.
Una realidad que interpela a toda la sociedad
Durante la inauguración, el Defensor de la Infancia y Adolescencia de Andalucía, Jesús Maeztu, ha agradecido el interés de las entidades y profesionales presentes y ha recordado que el lema de la jornada no alude a dos sectores aislados, sino «a dos bisagras que abren —o cierran— el acceso a los demás derechos de niños y niñas». “Vivienda y empleo no son solo políticas sociales, son políticas de infancia”, ha enfatizado Maeztu.
El Defensor ha advertido de que la necesidad de vivienda digna es una realidad cotidiana en la Defensoría: familias vulnerables con niños a cargo que se enfrentan a desahucios, precariedad habitacional y obstáculos para afrontar el coste del alquiler, y ha subrayado que “no vale cualquier vivienda, ni cualquier empleo”.
“Una vivienda digna no es solo un techo: es un entorno seguro, estable, saludable y adecuado para el desarrollo infantil», ha explicado Maeztu, recordando que, de lo contrario, se pueden comprometer derechos como la salud, la educación o el juego.
“Y tampoco vale cualquier empleo: los trabajos precarios, inestables o el desempleo de los progenitores pueden llegar a vulnerar los derechos de la infancia al limitar el acceso a vivienda, alimentación, salud, educación y protección. Los trabajos precarios, intermitentes o mal remunerados sostienen un círculo de pobreza infantil que puede transmitirse de generación en generación. La pobreza infantil no es solo una cifra: es una herida social», ha advertido.
Por su parte, Javier Cuenca, director de Save the Children en Andalucía, ha lamentado que miles de niños y niñas vivan en hogares donde, a pesar de que sus padres trabajan, no se llega a fin de mes ni pueden acceder a una vivienda digna. La pobreza infantil no es inevitable, pero requiere voluntad política y un enfoque transversal que sitúe a la infancia en el centro de todas las decisiones. Porque sin vivienda digna ni empleo estable, no hay derechos ni futuro para nuestros niños y niñas”.
La infancia andaluza frente al espejo
• El 13,1% de la infancia andaluza sufre carencia material y social severa
• El 25,8% vive en viviendas con goteras, humedades o hacinamiento
• El 14,6% de las familias con hijos e hijas a cargo vive en situación de pobreza laboral, aumentando hasta el 23,5% en el caso de los hogares monomarentales
• Las familias destinan en Andalucía, de media, el 33,7% de sus ingresos al pago de la vivienda.
Estas cifras reflejan una realidad en la que tener empleo o una vivienda no garantiza condiciones de vida dignas para muchas familias con hijos e hijas. La parcialidad laboral, la discontinuidad en el empleo y la falta de acceso a vivienda asequible son factores que perpetúan la pobreza infantil.
Propuestas para un cambio estructural
Durante la jornada se han compartido propuestas concretas para revertir esta situación, entre las que se encuentran:
En materia de vivienda:
• Reconocer a la infancia como grupo prioritario en las políticas de vivienda
• Garantizar el acceso justo y adaptado a ayudas públicas para familias con hijos e hijas
• Proteger a la infancia frente a desahucios sin alternativa habitacional
• Asegurar entornos seguros y saludables en las viviendas sociales
• Incorporar a las organizaciones de infancia en los órganos de decisión y seguimiento de las políticas públicas
En materia de empleo y empleabilidad:
• Actualizar el Decreto 85/2003 que regula los programas de inserción laboral, visibilizando a los colectivos más afectados por la pobreza laboral: familias monoparentales, personas migrantes y familias numerosas.
• Evaluar el impacto del programa EMPLEA-T de la Junta de Andalucía en la reducción de la pobreza laboral, especialmente en sectores feminizados y precarios.
• Implementar un enfoque de género y cuidados en los planes de formación y servicios sociales, que permita a las mujeres completar su itinerario laboral sin renunciar a la crianza.
• Establecer una ventanilla social única que unifique el acceso a ayudas y prestaciones para las familias más vulnerables.
• Agilizar la tramitación del Registro de Familias Monoparentales para facilitar su acceso a políticas activas de empleo.
Tanto el Defensor como Save the Children han coincidido en que es urgente un cambio de enfoque: “Si queremos construir bienestar, pongamos a la infancia en el centro de todas las políticas. No podemos permitirnos seguir ignorando a quienes más lo necesitan”, han concluido.



