El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, ha firmado una tribuna publicada en Diario de Sevilla en la que reflexiona sobre la Misión de la esperanza que se clausuró el pasado domingo, y que ha llevado a la Esperanza de Triana a dos parroquias del Polígono Sur durante el mes de octubre. Afirma que los pobres son “quienes padecen los mayores “daños colaterales” de un mundo que avanza a gran velocidad, pero deja a muchos en la cuneta”.
En este sentido, subraya que “los llamados ‘daños colaterales’ no son simples efectos secundarios de un sistema imperfecto; son, en realidad, rostros concretos: familias desahuciadas, jóvenes sin futuro, ancianos olvidados, migrantes que buscan un hogar, personas atrapadas por la pobreza energética o la exclusión digital. Cada uno de ellos -afirma el arzobispo de Sevilla- es un hijo de Dios, portador de una dignidad inviolable, y por eso la Iglesia no puede permanecer indiferente”.
En resumen, y cuando apenas han pasado un par de días, monseñor Saiz Meneses afirma que «la Misión de la Esperanza no ha sido solo un acontecimiento devocional, sino una verdadera llamada a la conversión personal y social».
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