La Misión evangelizadora de la Esperanza de Triana ha dado comienzo esta mañana con la celebración de la Eucaristía de envío, presidida por el arzobispo de Sevilla, don José Ángel Saiz Meneses, en la Real Parroquia de Señora Santa Ana, en Triana, concelebrada por el párroco y director espiritual de la corporación, Manuel Soria.
La Misión de la Esperanza se llevará a cabo hasta el 1 de noviembre, y en el Polígono Sur se desarrollará concretamente en las parroquias de San Pío X y Jesús Obrero. La imagen de Ntra. Sra. de la Esperanza permanecerá en la Parroquia de San Pío X durante ocho días, tras los cuales se trasladará a la Parroquia de Jesús Obrero, para otros seis días de misión. «Será un itinerario no solo geográfico, sino profundamente espiritual y pastoral: un camino de esperanza- apuntaba monseñor Saiz Meneses.- Con María Santísima la Iglesia sale al encuentro de sus hijos, especialmente de los más necesitados».
Una devoción convertida en dinamismo misionero
«Nuestra Madre, Nuestra Señora de la Esperanza, hoy emprenderá un camino misionero hacia los barrios del Polígono Sur. Es un día histórico para la Iglesia que peregrina en Sevilla. Nos encontramos en el Año Jubilar de la Esperanza, convocado por el papa Francisco, que nos anima a redescubrir la belleza de la virtud de la esperanza como fuerza que sostiene la vida cristiana y que nos impulsa para transformar la sociedad», explicaba el arzobispo de Sevilla, en su homilía.
Monseñor Saiz Meneses recordaba a los presentes que estos días de misión en las parroquias del Polígono Sur no faltarán momentos de momentos de oración, de encuentro, de anuncio del Evangelio, de testimonio y de obras de caridad -«Todo ello es un signo de la ternura de Dios que no abandona a sus hijos»-, y ha insistido en que todos somos enviados a la misión y en que esta dará frutos «si cada uno se siente protagonista, si cada uno vive como testigo de la esperanza; todos estamos llamados a vivir un encuentro con Cristo que nos cambie la vida y nos convierta en testigos suyos ante los hombres».
Un recuerdo en la calle Asunción