Esta fiel seguidora verdiblanca ha derribado los prejuicios y se ha convertido en una referente para todas las personas mayores
Chari es una mujer de 78 años que
se ha convertido en un caso en un millón. Su alegría, su energía y, sobre todo,
su pasión inquebrantable por el Real Betis Balompié la han convertido en un
ejemplo no solo para los suyos, sino también para cualquiera que tenga la
suerte de conocerla.
A su edad es divertida, alegre y
profundamente bética. Tanto, que ella misma reconoce que la vida se le mide en
jornadas: “Yo solo pienso en el día que tengo que venir al fútbol, y ese día
estoy buenísima”, dice entre risas.
Chari se jubiló a los 65 años,
pero aquel momento no fue un final, sino un comienzo. Desde entonces, ha
encontrado en el Betis una fuente constante de compañía, ilusión y juventud. “Me
jubilé a los 65 y desde ese momento no he dejado de seguir al Betis”, confiesa.
En un tiempo en el que muchas
personas mayores se enfrentan a la soledad, Chari se siente afortunada.
Agradece a su familia por estar siempre a su lado y, además, destaca el papel
del Real Betis como compañero de viaje en su vida. “La soledad es muy dura, pero yo
gracias a mi familia nunca me he sentido sola. Y también el Betis me ha
acompañado una barbaridad”, afirma.
Por eso, en este Día Mundial de
las Personas Mayores, su voz resuena como un mensaje de ánimo y esperanza: “Que
salgan a la calle, que hagan cosas, pero que no se queden en sus casas
encerrados”. Su consejo nace de la experiencia y de la convicción de que la
vida, a cualquier edad, merece ser vivida con entusiasmo. Y a hijos y nietos
les lanza una petición: “Que no nos dejen solos, que las personas mayores somos
muy importantes por todas las cosas que hemos hecho”.
La pasión de Chari por el Betis
es algo que no puede explicar. Ella lleva siempre por bandera el “manquepierda”,
aunque con una condición: “El día que pierde, la tele no se pone en mi casa”,
confiesa entre carcajadas.
Su energía es tan contagiosa que
asegura que incluso arenga a los jugadores desde la grada. Y está convencida de
que la escuchan: “Aprovecho cuando se callan los revoltosos de Gol Sur, y
entonces ellos me oyen”.
Hablar con Chari es descubrir a
una mujer que ha decidido vivir sin miedo. Ni siquiera la idea de la muerte la
perturba: “La muerte vendrá, pero yo no pienso en ella”. Esa manera de mirar la
vida refleja la esencia de alguien que, a los 78 años, sigue siendo joven de
espíritu, como así reconoce ella: “Yo me siento muy joven”.
Sin lugar a duda, Chari es todo
lo que está bien en la vida. Ha conseguido darle la vuelta al reto de la edad,
tumbando todos los prejuicios. Y ahora solo le queda disfrutar y seguir siendo
así de feliz con su gente y con su Betis. Porque mientras la pelota siga
rodando, Chari seguirá allí, con su bufanda y abanico verdiblanco, demostrando
que la pasión no tiene límite y que la edad es solo un número.