El nuevo Centro Arrupe Sevilla es ya una realidad. Monseñor José Ángel Saiz Meneses inauguró y bendijo la tarde del jueves 18 de septiembre las nuevas instalaciones en los terrenos de la comunidad jesuita de la calle Eduardo Dato, de Sevilla. Previamente, el arzobispo de Sevilla presidió la Eucaristía de apertura de curso en la iglesia del colegio Portaceli, concelebrada por Enric Puiggròs SJ, provincial de los jesuitas en España; Sergio Soto SJ, delegado de la Plataforma apostólica suroccidental, así como otros sacerdotes jesuitas y sacerdotes vinculados a la comunidad de Sevilla y a la obra de San Ignacio.
«En todo amar y servir»
La comunidad educativa del Portaceli dio comienzo al nuevo curso con la celebración de una Eucaristía a la que asistieron numerosos, alumnos, profesores, personal administrativo y de servicio, antiguos alumnos, así como representantes de las distintas instituciones y grupos de la Compañía de Jesús presentes en Sevilla.
Monseñor Saiz Meneses, en este año jubilar de la Esperanza, aludió a esta virtud como programa para el curso, para la comunidad educativa y para cada familia. «Si vivimos de esperanza, vivimos de otra manera: con paciencia, valentía, creatividad pastoral y alegría misionera». Asimismo, aludió al lema ignaciano «en todo amar y servir» como «un programa precioso para el Centro Arrupe y para el nuevo curso: amar a Dios en todo y servir a todos en Dios».
«El Centro Arrupe quiere ser tienda de encuentro, de discernimiento y de misión, una presencia de Iglesia que se hace prójimo de la ciudad», afirmó don José Ángel. «Nace para eso: para ayudar a escuchar a Cristo y discernir qué nos dice hoy, y para servir a la ciudad con el vino nuevo del Evangelio».
El Centro Arrupe de Sevilla es «casa de espiritualidad, cultura, diálogo fe-justicia y servicio», indicó monseñor Saiz Meneses. «Está al servicio de las personas y de la ciudad, en sinergia con nuestras parroquias, colegios, obras sociales y la Universidad Loyola».
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Se busca así provocar el encuentro de una forma espontánea, ya sea desde el acompañamiento personal, de los lugares para reuniones, de los lugares de trabajo en equipo y de los lugares para la investigación y el estudio, «todo ello pensando en facilitar la transversalidad de las preferencias apostólicas universales de la Compañía de Jesús», puntualizan.
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