miércoles, 17 septiembre 2025

Un estudio de la US revela que los prejuicios sociales obstaculizan el emprendimiento femenino

La investigación determina que los hombres tienen una mayor probabilidad de materializar sus proyectos de negocio que las mujeres

La investigación determina que los hombres tienen una mayor probabilidad de materializar sus proyectos de negocio que las mujeres

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Sevilla ha arrojado luz sobre los complejos factores que perpetúan la baja proporción de mujeres emprendedoras en comparación con los hombres. El equipo investigador, en el que destacan las profesoras Inmaculada Jaén y María José Rodríguez, ha utilizado los datos de un proyecto investigador liderado por el profesor Francisco Liñán, demostrando que, si bien las mujeres tienen una fuerte intención de emprender, los prejuicios sociales y los estereotipos de género son los principales obstáculos que impiden la creación real de sus negocios.

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El porcentaje de mujeres que emprenden (6,8%) es menor que el de los hombres (7,7%), según los datos de 2024 del último informe del Observatorio del Emprendimiento de España, que detallan que están arrancando una iniciativa emprendedora uno de cada trece hombres y una de cada quince mujeres. El estudio de la Universidad de Sevilla revela que los hombres tienen una mayor probabilidad de materializar sus proyectos de negocio que las mujeres, y que la principal razón de esta disparidad son las barreras sociales impuestas por los estereotipos de género.

Desconfianza de inversores, clientes y socios

Debido a que el arquetipo del emprendedor es predominantemente masculino, las mujeres se enfrentan a prejuicios y desconfianza por parte de actores clave, como inversores, posibles socios o clientes. Además, el estudio señala que las propias mujeres pueden autolimitarse al anticipar las dificultades y la falta de apoyo social que probablemente encontrarán, lo que frena su potencial y su intención inicial de emprender.

Tradicionalmente, la actividad emprendedora se ha asociado con características socialmente consideradas masculinas como la proactividad, la competitividad y la ausencia de miedo al riesgo. Esto tiene consecuencias sobre la decisión de emprender de los hombres y las mujeres.

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El estudio analiza el proceso emprendedor en dos etapas clave. En la primera, la fase cognitiva o mental, la expresión de género individual es el factor más influyente en la intención de emprender, no el sexo biológico. Los investigadores encontraron que las personas con una expresión de género asociada a los estereotipos masculinos (como la proactividad y la competitividad) muestran una mayor intención de iniciar un negocio. Curiosamente, aquellos con una expresión de género andrógina, que combina rasgos típicamente masculinos y femeninos (orientación a la tarea y a la empatía), son los que presentan la intención más alta. Esto se debe a que perciben tener una gama más amplia de recursos para afrontar los desafíos del emprendimiento.

Sin embargo, la situación cambia drásticamente en la segunda etapa, cuando es el momento de crear realmente la empresa. Aquí, el sexo biológico se vuelve relevante, mientras que la expresión de género individual pierde su importancia. 

Hacia una sociedad más justa 

Los resultados de esta investigación no solo ponen de manifiesto la complejidad del fenómeno del emprendimiento femenino, sino que también subrayan la necesidad de un cambio social. Los autores del estudio enfatizan que, para fomentar una mayor participación de las mujeres en el ámbito empresarial, es crucial actuar sobre los estereotipos sociales asociados al emprendimiento. Es necesario promover un entorno más justo, inclusivo y diverso que permita que el potencial emprendedor de todas las personas florezca, sin que los prejuicios de género les impidan convertir sus ideas en negocios reales.

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