miércoles, 27 agosto 2025

La Junta refuerza su estrategia frente al cambio climático con estudios sobre el impacto en el litoral

Los trabajos impulsados desde la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente permiten anticipar los efectos de la subida del nivel del mar y orientar la gestión de las zonas costeras

La Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente, en el marco del Plan Andaluz de Acción por el Clima (PAAC), ha desarrollado dos iniciativas clave para conocer en profundidad los impactos que el cambio climático está produciendo en el litoral andaluz, estimar su evolución en distintos escenarios y disponer de herramientas que permitan actuar con antelación. Estas actuaciones, de carácter técnico y estratégico, se integran dentro del programa de adaptación al cambio climático de la Junta de Andalucía y responden al compromiso del Gobierno andaluz con una gestión rigurosa y planificada del litoral andaluz.

Ambos estudios, impulsados desde la Secretaría General de Medio Ambiente y Cambio Climático, ofrecen información de alto valor sobre la vulnerabilidad del litoral ante fenómenos como la subida del nivel del mar, la pérdida de superficie de playa seca o los procesos de erosión y regresión costera, que ya comienzan a ser perceptibles en distintos puntos del territorio.

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El primero de los trabajos corresponde al estudio sobre la vulnerabilidad del litoral andaluz, realizado en el marco del programa PIMA-Adapta Costas, y cuyos resultados se publicaron en 2022. Entre sus principales aportaciones se encuentra la creación de bases de datos georreferenciadas que recogen información detallada sobre recursos, instalaciones, usos del territorio y actividades vulnerables al cambio climático a lo largo de toda la costa andaluza. Este trabajo también incluye un visor cartográfico y un informe específico sobre riesgos costeros, así como una propuesta de Plan de Adaptación al Cambio Climático aplicable a los terrenos del dominio público marítimo-terrestre adscritos a la comunidad autónoma.

El segundo estudio, actualmente en ejecución y pendiente de validación definitiva de resultados, está centrado en el análisis de la inundación y la erosión en zonas costeras en escenarios de cambio climático. Bajo la denominación de “iccoast”, esta investigación tiene como objetivo principal obtener resultados de parámetros de afectación por inundación y erosión costera en toda la línea litoral andaluza, tomando como base las proyecciones científicas publicadas por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) y con un horizonte de análisis hasta el año 2100.

En este contexto, el visor permite prever y visualizar la evolución de la línea de costa en función del aumento del nivel del mar. Esta herramienta muestra cómo la línea de costa según los distintos escenarios climáticos y permite apreciar la erosión que sufrirá cada playa. Se trata de una herramienta de gestión de gran utilidad para anticipar impactos y planificar actuaciones con mayor eficacia.

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Los modelos utilizados en este segundo trabajo han permitido generar diferentes capas vectoriales con información georreferenciada que ya se han integrado en una herramienta informática de tipo visor, de uso interno, que facilitará la toma de decisiones en la tramitación de concesiones en el dominio público costero. Esta herramienta se plantea como un recurso técnico avanzado para mejorar la gestión ambiental y territorial del litoral, alineada con los principios del PAAC.

Previsiones para los años 2050 y 2100

Según los escenarios analizados, tanto en sus versiones más optimistas como en aquellas más desfavorables, el cambio climático tendrá un impacto significativo sobre la costa andaluza en las próximas décadas. En concreto, los modelos proyectan una pérdida de entre 5 y 25 metros de playa seca en el litoral andaluz de aquí al año 2050, siendo la Costa del Sol el tramo más afectado. A medida que se avanza en el tiempo, y en función del tipo de playa y su composición sedimentaria, este retroceso puede intensificarse de manera notable.

Las playas abiertas, de sedimento fino y con una mayor profundidad de cierre, se verán especialmente afectadas, y en los casos más extremos podrían registrar retrocesos permanentes de hasta 65 metros para el año 2100. El informe destaca que, si se materializa el escenario más desfavorable contemplado, el incremento del nivel medio del mar podría provocar la desaparición de hasta 33 playas andaluzas en las próximas décadas, con especial incidencia en la Costa del Sol y el litoral occidental de Cádiz.

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La secretaria general de Medio Ambiente y Cambio Climático, María López Sanchís, ha subrayado la importancia de contar con esta información técnica como base para la acción política y la gestión del territorio. “Nuestra costa se encuentra entre las más valiosas de Europa, tanto por su riqueza natural como por su relevancia económica. Anticiparnos a los efectos del cambio climático es una responsabilidad que asumimos con determinación y con herramientas de gestión concretas como las que nos ofrecen estos estudios“, ha señalado.

Desde la Consejería se pone especial énfasis en el uso de esta información no solo desde una perspectiva ambiental —protegiendo espacios naturales, hábitats de interés comunitario o parques naturales y nacionales—, sino también desde su dimensión socioeconómica, teniendo en cuenta la afección a sectores clave como el turismo, la agricultura o la industria asentada en el litoral.

López Sanchís ha destacado que la adaptación al cambio climático requiere de instrumentos sólidos y actualizados que permitan responder con eficacia a los nuevos retos. “Contamos con herramientas digitales y predictivas que nos sitúan en una posición de liderazgo dentro de las comunidades autónomas. Pero además de anticipar riesgos, estamos en condiciones de planificar soluciones”, ha afirmado.

La secretaria general ha querido poner en valor, además, el trabajo técnico realizado desde la Consejería y el valor estratégico del Plan Andaluz de Acción por el Clima, que integra todas estas actuaciones en un enfoque transversal y coherente. “La adaptación es una tarea colectiva. Estos estudios no son un punto final, son el inicio de una hoja de ruta que nos permitirá proteger mejor nuestro litoral y garantizar que siga siendo motor de bienestar para las generaciones futuras”, ha concluido.

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