jueves, 3 julio 2025

Desarticulada una red criminal por estafar más de 10.000.000 de euros a centenares de personas desde callcenters de Barcelona

El operativo conjunto de Mossos d’Esquadra, Guàrdia Civil y Policia Nacional ha permitido detener 21 personas (17 en Barcelona, dos en Madrid, una en Mallorca y otra en Alicante) e intervenir siete vehículos de alta gama y más de 1,3 millones de euros  Persuadían a sus víctimas para que hicieran inversiones falsas a través de un entramado de supuestos asesores y expertos, páginas web alteradas y centralitas telefónicas

Operación conjunta de la Policía Nacional, la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra

El operativo conjunto de Mossos d’Esquadra, Guàrdia Civil y Policia Nacional ha permitido detener 21 personas (17 en Barcelona, dos en Madrid, una en Mallorca y otra en Alicante) e intervenir siete vehículos de alta gama y más de 1,3 millones de euros  Persuadían a sus víctimas para que hicieran inversiones falsas a través de un entramado de supuestos asesores y expertos, páginas web alteradas y centralitas telefónicas

Funcionaban como una empresa fantasma de inversiones que publicitaba sus servicios en redes sociales. Ofrecían inversiones en empresas de reconocido prestigio o en el sector de las criptomonedas para atraer a sus víctimas

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02/07/25

Agentes de la Policía Nacional, en una operación conjunta con la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra bautizada como “Humo digital”, ha desmantelado una organización criminal que actuaba como una empresa fantasma y que es responsable de haber estafado a cientos de personas durante años desde callcenters ubicados en Barcelona.

El entramado criminal persuadía a sus víctimas para que hicieran falsas inversiones a través de un entramado de supuestos asesores y expertos, páginas web alteradas e incluso centralitas telefónicas en locales alquilados, donde los “trabajadores” captaban y manipulaban a sus víctimas durante largos períodos de tiempo.

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En total, se les atribuye un fraude acumulado superior a 10 millones de euros y más de 300 denuncias repartidas por todo el territorio nacional desde que comenzó su actividad en el año 2022.

 

Como resultado de la investigación, han sido detenidas 21 personas (17 en Barcelona, dos en Madrid, una en Mallorca y otra en Alicante) y, entre ellos, a los tres principales responsables, para los que se ha decretado su ingreso en prisión provisional.

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Además, se han intervenido siete vehículos de alta gama (alguno valorado en más de 100.000 euros), un arma de fuego, dinero por valor de un millón de euros y billeteras de criptomonedas por valor superior a los 300.000. Por último, también se han incautado joyas, relojes de lujo, documentación y equipos informáticos cuyo análisis se prolongará durante meses.

 

La investigación comenzó en 2024 cuando los indicios llevaron a fusionar varias líneas de investigación de los diferentes cuerpos policiales. Estas pesquisas llevaron a una organización asentada en Cataluña, caracterizada por un alto nivel de profesionalización y por su capacidad de estafar a sus víctimas durante años.

 

Modus operandi: un engaño a todos los niveles

El grupo operaba como una falsa empresa de inversiones que publicitaba sus servicios en redes sociales y buscadores de internet a través de páginas web falsas pero técnicamente muy realistas. Además, ofrecían inversiones en empresas de reconocido prestigio o en el sector de las criptomonedas para atraer a sus víctimas.

 

Una vez que conseguían que una víctima mostrara su interés y facilitase sus datos de contacto, la organización contactaba con ella y comenzaba un laborioso proceso de seducción y engaño desde las centralitas o call centers.

 

A modo de ejemplo, uno de los primeros fraudes que la policia atribuye a la organización, es una estafa especialmente grave donde una víctima, en agosto de 2024, denuncia un fraude acumulado superior a 700.000€. El nivel de profesionalización y persuasión de los criminales es tal que los primeros contactos con esta víctima se producen  dos años antes, donde consiguen seducirlo para comenzar a realizar pequeñas inversiones de entre 200 y 300€ enviando el dinero a cuentas en el extranjero  controladas directamente por los criminales.

 

Los estafadores engañaban a sus víctimas con una sucesión de falsos asesores y expertos, plataformas falsificadas y falsos nombres comerciales para exprimir al máximo sus recursos económicos. Con el pretexto de facilitar las inversiones, instalaban aplicaciones de control remoto en los equipos de las víctimas, desde donde podían acceder a sus fondos más fácilmente.

 

Además, contaban con plataformas digitales fraudulentas, similares a las legítimas, para mostrar falsos gráficos de ganancias con los que convencer a las víctimas para realizar inversiones cada vez más relevantes. En el caso de que las personas estafadas quisiesen recuperar su dinero y recoger las supuestas ganancias, contactaban con ellas con otros nombres comerciales para ofrecerles recuperar su dinero a cambio de nuevas aportaciones.

 

Una empresa falsa con sede física y “trabajadores”

Con la finalidad de lograr el engaño, creaban documentación falsa y alquilaban locales en Barcelona durante periodos de tres o cuatro meses, para dificultar la investigación. Allí contaban con equipos de “trabajadores” bajo sus órdenes, encargados de la captación, fidelización y ataque a los fondos de las víctimas. Disponían de equipos informáticos de última generación e incluso un botón del pánico que desconectaba automáticamente todo el sistema, en caso de que la policía irrumpiese en los locales.

Fruto de las gestiones de la investigación, el equipo conjunto pudo comprobar y rastrear las diferentes ubicaciones en Cataluña donde los presuntos estafadores realizaban la consumación de los delitos. Hecho poco común, ya que suele ser habitual que estos call centers se encuentren fuera de España, como pueden ser países asiáticos o del Este de Europa, donde el control policial sobre estas actividades no es tan intenso.

 

Técnicas de manipulación psicológica

El grupo criminal recurría a técnicas de manipulación psicológica a través de las cuales lograban que sus víctimas entrasen en una espiral de aportaciones económicas, valiéndose de sus debilidades emocionales. En primer lugar, establecían lo que el grupo criminal denominaba un “vínculo emocional”, con el que se ganaban la confianza del estafado, para poco a poco animarle a hacer transferencias económicas más importantes, en un proceso que llamaban “quemado de sus cuentas”.

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