La Catedral de Sevilla ha acogido esta tarde una vigilia de oración por los frutos de la IV Conferencia de Financiación para el Desarrollo de Naciones Unidas que se celebrará la próxima semana en Sevilla. Una cumbre internacional que, a juicio del arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, «debe situarse, ante todo, bajo la luz de la Palabra de Dios». «No se trata de un análisis técnico o económico, sino de una profunda tarea de discernimiento espiritual y profético sobre la justicia, la fraternidad y el destino de los pueblos», ha añadido.
Tras la adoración eucarística, ha tomado la palabra monseñor Saiz Meneses, que ha hecho un repaso por el tratamiento de este tema en el magisterio de los últimos pontífices, subrayando algunos postulados de la Doctrina Social de la Iglesia. Al inicio, ha afirmado que la cuestión de la deuda externa no puede ser reducida a «una mera categoría económica», y ha reiterado los pronunciamientos que se han hecho desde la Iglesia para abordarla como «un problema moral, e incluso espiritual». Así, ha expuesto la deuda «como una cuestión éticamente escandalosa cuando su pago impide satisfacer necesidades humanas básicas, bloquea el acceso a servicios fundamentales y asfixia las posibilidades de desarrollo de generaciones enteras».
«Un gesto de caridad y un acto de justicia reparadora»
En otro punto de su intervención, ha subrayado que «las estructuras económicas que perpetúan la miseria no son moralmente neutras. Por el contrario -ha añadido-, constituyen un auténtico pecado social”. Aquí ha aludido al contexto jubilar que estamos viviendo para decir que «la condonación de la deuda, demandada por el papa Francisco en su bula de convocatoria es un gesto de caridad y un acto de justicia reparadora». Igualmente, ha señalado que la deuda no puede justificarse «cuando destruye vidas humanas, cuando impide el desarrollo sostenible y condena a la miseria a millones».
Junto al arzobispo han participado en esta vigilia los dos obispos auxiliares, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia, además del vicario episcopal para la Pastoral Social, Salvador Diánez; y el deán del Cabildo Catedral, Francisco José Ortiz. En la parte final de la vigilia se ha leído un manifiesto en el que se ha querido abogar por una economía que favorezca la vida y ayude a las personas más vulnerables.
GALERÍA del acto
HOMÍLÍA del arzobispo