La secretaria general de Patrimonio Histórico y Documental destaca que la actividad reivindica los archivos como “espacios vivos de ciudadanía”
El Archivo Histórico Provincial de Sevilla, dependiente de la Consejería de Cultura y Deporte, y el Servicio de Archivo, Hemeroteca y Publicaciones del Ayuntamiento de Sevilla han organizado por primera vez una exposición conjunta en torno a la historia de la Justicia en la capital andaluza. En concreto, la muestra se centra en el edificio que alberga ambas instituciones, que hasta los años sesenta del siglo pasado era la sede del Palacio de Justicia de Sevilla, planteando un recorrido por el devenir histórico del inmueble, con fotografías de sus instalaciones y su entorno, y con paradas, además, en tres casos singulares, entre ellos, el conocido como el ‘crimen de las estanqueras’, que aún se conserva en la memoria colectiva de la ciudad.
La exposición, que marca la primera colaboración entre dos instituciones que conviven en el mismo edificio desde los años 80, ha sido inaugurada por la secretaria general de Patrimonio Histórico y Documental, Mar Sánchez Estrella, quien destacó que el Archivo Histórico Provincial de Sevilla cumple con esta actividad la función de “conservar, organizar y difundir sus extensos fondos documentales”, poniéndolos a “disposición de los ciudadano”. Junto a la secretaria general, participó en la inauguración la delegada municipal de Turismo y Cultura, Angie Moreno, y el director del Archivo Histórico Provincial de Sevilla, Braulio Vázquez.
La muestra, señaló Sánchez Estrella, cumple, además, con el objetivo de la Semana Internacional de los Archivos, que se celebra del 9 al 14 de junio bajo el lema ‘Archivos accesibles. Archivos para todos’, al “acercar los testimonios de nuestro rico pasado”, reivindicando estos organismos como “espacios vivos de ciudadanía, donde el pasado cobra voz y sentido”.
De esta forma, la exposición, titulada ‘El Palacio de los Archivos’ y que permanecerá abierta hasta el 20 de diciembre, rememora la historia del edificio en el que tienen su sede el Archivo Provincial y la Hemeroteca, mostrando al público el relato que de su pasado guardan los muros de un inmueble que se construyó en el siglo XX sobre la antigua alhóndiga medieval de la ciudad. El antiguo Palacio de Justicia de Sevilla se inauguró en 1910 como moderna sede judicial, pero tras décadas de funcionamiento fue abandonado para convertirse en hogar de gatos callejeros hasta que se acometió su reforma en los años 80 del siglo pasado. La rehabilitación la diseñaron los arquitectos sevillanos Antonio Cruz y Antonio Ortiz, lo que permitió su reapertura en 1991 como sede del Archivo Provincial y la Hemeroteca municipal.
‘El Palacio de los Archivos’ reconstruye la historia del edificio a través de documentos y fotografías. Estas últimas muestran de manera gráfica la evolución del inmueble, mientras que los documentos seleccionados, que abarcan desde la Real Audiencia de Sevilla hasta los juzgados de partido, permiten rastrear la evolución del sistema judicial sevillano entre los siglos XVIII y XX, siendo, además, una ventana privilegiada a los conflictos, estructuras y mentalidades de ese devenir histórico.
El fondo documental del Archivo Provincial está formado por expedientes civiles y penales, libros de sentencias, registros de entrada y salida, y documentación personal del funcionario judicial, que constituyen un acervo fundamental para la historia del Derecho, de la Administración Pública y de la vida cotidiana.
Buen ejemplo de ello son las tres piezas seleccionadas para la muestra, de un gran valor simbólico y documental. La primera de ellas corresponde a un pleito por divorcio iniciado en 1793 entre Juana Frayde y su esposo, barbero en Cádiz, cuya causa llegó a la Real Audiencia y que muestra las diferencias que tenía entonces y ahora este concepto. En el siglo XVIII el ‘divortium’ no conllevaba el fin del matrimonio, que la Iglesia lo consideraba “indisoluble”, circunscribiéndose a una separación, habitualmente temporal, que se limitaba a “lecho, mesa y casa”, quedando además los bienes gananciales bajo el control del marido.
El segundo documento expuesto es un expediente criminal de 1933 que recoge el intento de rapto de una joven por parte de un suboficial retirado y casado. La denuncia la pusieron los padres de la joven, de nombre Rosarito, y el expediente del caso incluye cartas de amor, mechones de pelo y libros con anotaciones. A pesar de estas pruebas, Rosarito y el suboficial casado, Claudio, se desdijeron en el juicio, una vez revelado el plan de rapto, de sus declaraciones de amor.
Por último, se expone la sentencia dictada en 1954 por la Audiencia Territorial de Sevilla del célebre ‘crimen de las estanqueras’, un violento y trágico episodio de la crónica negra sevillana, en el que dos hermanas de unos cincuenta años de edad fueron cosidas a puñaladas en el establecimiento que regentaban en la avenida de Menéndez Pelayo. Los tres acusados del crimen fueron, tras un proceso plagado de irregularidades, condenados a muerte injustamente y ejecutados por garrote vil en la cárcel de La Ranilla. Años después el verdadero culpable, en secreto de confesión a un sacerdote, se responsabilizó de los asesinatos.
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