La Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla ha sido el lugar elegido para el tradicional encuentro del clero hispalense en torno a la figura del patrón del clero secular, San Juan de Ávila. Una cita que, además, se aprovecha cada año para rendir un merecido homenaje a los presbíteros y diáconos permanentes que cumplen sus bodas de oro y plata.
El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, ha presidido la misa que han concelebrado los obispos auxiliares, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia; los miembros del Cabildo Catedral y los miembros del clero diocesano hispalense. En su homilía, el arzobispo ha afirmado que en la vida de San Juan de Ávila “contemplamos el ejemplo de anunciar la Verdad con amor, aunque no siempre sea bien recibido el anuncio; formar corazones para Dios, aunque nos toque sembrar en terreno pedregoso; sufrir por el Evangelio, pero llenos de la alegría del Espíritu”.
A continuación, ha recordado cómo el santo de Almodóvar del Campo comprendió que “sin sacerdotes bien formados no habría renovación posible en la Iglesia”, y cómo consagró su vida a ello. “Por eso, con razón se le llamó Maestro de Santos”.
Comparando la época del patrono del clero secular con la actual, monseñor Saiz Meneses ha subrayado -en alusión al magisterio del papa Francisco- que “más que una época de grandes cambios, vivimos un cambio de época, y también hoy la Iglesia necesita una profunda renovación misionera”. En este contexto, ha destacado la necesidad actual de sacerdotes que sean “testigos de lo invisible, custodios de la esperanza, sembradores de sentido”.
“¿Qué nos dice san Juan de Ávila hoy?”, se ha preguntado el arzobispo. La respuesta pasa por destacar “la centralidad de Cristo”, porque “no hay reforma posible del clero sin volver al corazón de Cristo, y de nada aprovecha saber muchas cosas y hacer muchas cosas si no arde el corazón de amor por Cristo crucificado”. En este sentido, ha advertido a los sacerdotes del riesgo del “activismo”, y ha afirmado que el sacerdote “debe ser antes que nada hombre de oración”. “No puede dar lo que no ha recibido, no puede hablar de Dios si no está con Él”, ha añadido.
Además, ha destacado la conveniencia de “reavivar el ardor misionero”. En este punto, ha hecho hincapié en que “estamos llamados a anunciar la alegría del Evangelio, a propiciar en las personas un encuentro con Cristo que les cambie el corazón, y a acompañarlas con ternura y firmeza (…) sin rebajar la verdad, pero con entrañas de compasión”.
La comunión presbiteral y la necesidad de la oración (“porque no somos funcionarios, sino padres y pastores”), han sido otros aspectos destacados por el arzobispo de Sevilla en esta jornada dedicada a San Juan de Ávila. Dirigiéndose directamente a los sacerdotes y diáconos, ha terminado la homilía afirmando que “Sevilla necesita sacerdotes santos, pastores según el corazón de Cristo”, y teniendo un recuerdo especial para los curas ancianos, enfermos, jubilados, “que ya no pueden estar en la trinchera, pero siguen siendo columnas de la Iglesia diocesana con su oración y el ofrecimiento de su cruz de cada día”.
GALERÍA FOTOGRÁFICA del acto.