El sacerdote Pablo Guija, delegado diocesano de Pastoral Universitaria y director del Servicio de Atención Religiosa de la Universidad de Sevilla (SARUS), impartió la I sesión del Seminario de Formación dirigido al personal del Campus Universitario CEU Andalucía de Bormujos, el pasado lunes 15 de diciembre. El tema central del encuentro giró en torno a la dimensión vocacional en el ejercicio de la docencia ‘cuando los alumnos descubren que su vida tiene un para qué y un para quién’.
“¿Cómo medir el éxito de nuestra labor en las aulas? Esta pregunta podría responderse de muchas maneras y todas podrían ser correctas: alta tasa de empleabilidad de los egresados, creciente vocación por lo que estudian y su proyección en el futuro conforme pasan los años, identificación con la formación recibida. Pero, si atendemos a la vocación del CEU como institución católica, ‘ese éxito‘ radica en nuestra capacidad para transmitir a los alumnos que sus vidas tienen un por qué y un para qué”, destacó Guija.
El responsable de la Pastoral Universitaria inició su intervención recordando que “cada uno de nosotros es un sueño del amor de Dios y eso guía nuestra vida. En una sociedad como la actual en la que parece que se nos mide por productividad, Dios no nos manda a donde vayamos a ser más útiles, sino al lugar donde más amor podemos dar y más amor podemos recibir”.
En este sentido animó a los participantes a que «nunca perdieran la visión sobrenatural en el día a día; no dejéis pasar la oportunidad de hablar de Dios en lo cotidiano, es posible que representéis la única vía para que alguien se acerque a la fe”. Por eso, “es importante preguntarse habitualmente, ¿qué espera Dios de mí?, esta pregunta es un deber moral que todo cristiano debe hacerse”, subrayó. Respecto a esto último, indicó que “son muchos los que se preguntan dónde está Dios ante tanto sufrimiento, yo creo que mucho de lo que nos rodea, es consecuencia de que hay demasiada gente que se resiste a la llamada de Dios, que no responde con un sí”.
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«Esta misión debe llevarse a cabo- añadió- en un medio hostil, en una sociedad relativista en la que parece que todo vale y nos lleva a una proyección mediocre de la vida. Pero nosotros, como docentes, debemos transmitir que sí existe la verdad, la bondad y la belleza, y que todo ello es lo que da verdadero sentido a la vida, lo que nos aporta felicidad real”. Por último, Pablo Guija, se dirigió a los profesores e investigadores de manera expresa, para animarlos a encontrar a Dios en el día a día de su labor. “¿Cómo relaciono a Dios en mi área de trabajo? Incorporad a Dios en cada paso que deis en vuestras labores de investigación, tened presente que hay un qué y un para qué. Es fundamental buscar el sentido de la vida y ayudar a otros a encontrarlo”.



