jueves, 18 diciembre 2025

A las puertas de la Navidad, los alumnos de la Facultad de Teología y los seminaristas de Sevilla celebran juntos la Eucaristía

La capilla mayor del Seminario Metropolitano acogió la tarde de ayer, la Eucaristía de Navidad, presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, concelebrada por los rectores de los seminarios y formadores. A la misa asistió la comunidad académica de la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla, diáconos, alumnos y seminaristas.

La capilla mayor del Seminario Metropolitano acogió la tarde de ayer, la Eucaristía de Navidad, presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, concelebrada por los rectores de los seminarios y formadores. A la misa asistió la comunidad académica de la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla, diáconos, alumnos y seminaristas.

“Nos encontramos en el corazón del Adviento, a las puertas mismas de la Navidad. La liturgia de estos días nos acerca al misterio de la Encarnación con una intensidad especial y creciente. No solo recordamos, sino que celebramos y actualizamos el misterio del Dios que viene a salvarnos”, dijo el arzobispo al inicio de la celebración. En la recta final de este tiempo litúrgico, “la Iglesia nos pide vigilancia, sobriedad espiritual, escucha de la Palabra, oración más intensa y un deseo sincero de conversión. Es un tiempo de vigilancia activa, de deseo de Dios, de apertura del corazón para acogerlo. Es un tiempo exigente, no un tiempo sentimental. Exigente en la oración, exigente en el estudio, exigente en la vida comunitaria, exigente en la pureza del corazón”.

- Publicidad -

La Navidad está ya cerca

Monseñor Saiz Meneses reflexionó sobre el tiempo de Navidad. “En apenas unos días celebraremos que el Eterno entró en el tiempo, el Infinito entró en el espacio, el omnipotente se hizo un Niño que dependía de sus padres, y nos llama a hacer posible el encuentro con él. Este es el misterio que celebramos en Navidad”.

En este sentido, “celebramos que nos ha nacido el Salvador, que nos ofrece la posibilidad de reconocerlo, de acogerlo y adorarlo, como hicieron los pastores y los magos en Belén, que nos llama a abrir el corazón para que él nazca también en nuestra vida y la llene de paz, de amor y de luz, y la transforme totalmente. Abramos sin miedo el corazón y el entendimiento a Cristo, que viene a salvarnos”.

- Publicidad -

Dirigiéndose a los formadores y seminaristas, profesores y alumnos los animó “a vivir estos días con intensidad”. “Que no se nos escapen como quien pasa las páginas de un calendario. Adviento es un tiempo breve, pero precioso; y la liturgia, maestra y madre, nos pone en las manos todas las herramientas para acoger la gracia, la Palabra, la oración, la penitencia, la caridad, la vida comunitaria, la Eucaristía, la Confesión, el silencio interior. No vivamos dormidos ni distraídos; no vivamos en la tibieza. Dejemos que el Señor nos encuentre vigilantes, con el corazón atento, con el alma disponible, con la lámpara encendida. Que estos días nos ayuden a renovar la entrega y a crecer en el amor a la Iglesia”.

Últimas noticias