El consejero de Sanidad, Presidencia y Emergencias, Antonio Sanz, ha anunciado en comisión parlamentaria la puesta en marcha del Plan de Alta Frecuentación (PAF) 2025-2026 del Servicio Andaluz de Salud (SAS) “con el objetivo de minimizar el impacto de las infecciones respiratorias durante la temporada de otoño-invierno”, ha explicado.
“Queremos asegurar una atención eficaz y segura, especialmente para la población más vulnerable, mediante una estrategia coordinada que contempla acciones de prevención, detección temprana y reorganización de recursos en todos los niveles asistenciales -Atención Primaria, Atención Hospitalaria y Centro de emergencias Sanitarias 061-“, ha señalado al inicio de su intervención.
El titular de Sanidad ha subrayado, además, que “el plan, que estará vigente hasta el 15 de marzo, recoge medidas y protocolos de actuación que abarcan desde la prevención y detección precoz de casos sospechosos -con la vacunación y la vigilancia epidemiológica como ejes prioritarios- hasta la reorganización de recursos ante posibles picos asistenciales o la activación de actuaciones específicas para adaptarse a los diferentes escenarios”.
“Para ello, el plan incorpora un sistema de monitorización y seguimiento de enfermedades como la gripe estacional, el Covid-19 y otros virus respiratorios que afectan principalmente a personas mayores, población infantil o pacientes con patologías crónicas”, ha añadido.
Monitorización y seguimiento
El sistema de monitorización y seguimiento está coordinado desde la Dirección General de Asistencia Sanitaria y Resultados en Salud (DGASyRS) del SAS y permite detectar y anticiparse a las situaciones de alta demanda, así como ajustar la actividad asistencial mediante una gestión eficiente de los recursos sanitarios.
Los centros sanitarios comienzan a monitorizar una serie de indicadores clave que refuerzan la capacidad de respuesta frente a situaciones de presión asistencial, como los datos de atención en urgencias de primaria y hospitalaria (número de urgencias atendidas, medias de tiempo de espera, etc.), variables relacionadas con la hospitalización (ingresos desde urgencias, porcentaje de ocupación de camas en diferentes servicios) o indicadores interniveles (derivaciones de primaria a hospital).
El incremento de las urgencias hospitalarias se convierte en el criterio central para la identificación y activación de las diferentes fases de alerta. De este modo, el PAF 2025-2026, al igual que el pasado año, mantiene la clasificación en cuatro fases: Fase 0, de normalidad; Fase 1, de estabilidad; Fase 2, de aumento moderado, y Fase 3, de aumento sostenido. Cada fase contempla una serie de medidas específicas para hacer frente al nivel de frecuentación en cada centro, que van desde las reuniones diarias de la comisión de seguimiento (en todas las fases) hasta la coordinación interniveles entre hospital, primaria y 061 o la reorganización de los recursos humanos.
En lo que respecta a la atención primaria, el PAF incluye un protocolo de actuación que sirva como marco para los centros de salud e incorpora medidas generales centradas en la coordinación permanente o el impulso a la cobertura vacunal, así como acciones de difusión para fomentar medidas de prevención y el uso adecuado de los recursos asistenciales o la potenciación de la atención domiciliaria por parte de los profesionales de enfermería.
El Plan de Alta Frecuentación persigue proteger la salud pública y garantizar la capacidad de respuesta del sistema sanitario andaluz, manteniendo la calidad asistencial durante los meses de mayor presión. La iniciativa se enmarca en el compromiso de la Consejería de Sanidad, Presidencia y Emergencias de fortalecer un sistema sanitario ágil, sostenible y orientado a las necesidades de la ciudadanía.


 
                                    
