Se cumplen 100 años del fallecimiento de san Faustino Míguez, sacerdote escolapio, hombre de ciencia y de fe, y fundador del Instituto Calasancio, Hijas de la Divina Pastora. Para conmemorar esta efeméride la Catedral de Sevilla ha acogido la tarde de este jueves, 16 de octubre, una Eucaristía presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, que ha congregado a las religiosas calasancias y la comunidad educativa del colegio ‘Calasancias Sevilla’.
«Nos une la alegría de la Iglesia por el testimonio de un hijo fiel que, en su tiempo, supo responder con generosidad a las necesidades del Evangelio, y nos interpela a nosotros, hombres y mujeres de hoy, a vivir con la misma confianza en Dios, con el mismo amor a los pequeños y con la misma audacia para la misión», ha expresado el arzobispo de Sevilla al inicio de su homilía.
«San Faustino hizo vida esta palabra al poner en el centro de su misión a los pequeños, a las niñas y jóvenes necesitadas de instrucción, de cuidado y de dignidad», ha recordado don José Ángel.» Con gestos concretos, encarnó el estilo de Cristo siervo, acogiendo a los más débiles y ofreciéndoles un futuro de esperanza»
San Faustino Míguez
Entendió que la mujer tenía derecho a una formación integral, que no podía quedar relegada al margen de la sociedad y de la Iglesia. De este modo se adelantó a su tiempo y abrió caminos de promoción femenina desde la fe. El papa Francisco, en su ceremonia de canonización, destacó su capacidad de responder a las necesidades concretas de su época con creatividad evangélica, fiel al carisma escolapio y abierto al soplo del Espíritu. «La Congregación que fundó se puso bajo la protección de la Divina Pastora, título mariano que habla de cercanía, ternura y cuidado, ha explicado monseñor Saiz Meneses.-Así quiso que sus hijas espirituales vivieran su misión: pastoreando con amor, acompañando con paciencia, enseñando con firmeza y conduciendo a Cristo Buen Pastor a tantas niñas y jóvenes».
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