El Consejo de Gobierno ha tomado conocimiento del seguimiento anual del Inventario Andaluz de Gases de Efecto Invernadero realizado por la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente correspondiente a 2023. Este informe refleja que las emisiones totales en Andalucía se situaron en 38.360.569 toneladas de CO2 equivalente, lo que supone una reducción del 10% respecto a 2022, un avance significativo en la senda de descarbonización marcada por la política ambiental andaluza y alineada con los compromisos europeos.
El Inventario Andaluz constituye una herramienta clave para evaluar la evolución de las emisiones y las absorciones de gases de efecto invernadero en Andalucía. Su metodología sigue los criterios del Inventario Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero y permite conocer con precisión la contribución de los distintos sectores productivos, así como la capacidad de los ecosistemas andaluces para absorber carbono. Así, se configura como un instrumento de diagnóstico clave para la aplicación de las medidas contempladas en el Plan Andaluz de Acción por el Clima (PAAC).
El análisis de la serie histórica 1990-2023 muestra una tendencia general a la baja en las emisiones, con descensos más pronunciados en los últimos años. En 2023, la reducción del 10% respecto al ejercicio anterior responde fundamentalmente a la disminución de las emisiones afectadas por el Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (RCDE), así como a la moderada bajada de las emisiones difusas, es decir, aquellas que proceden de actividades no incluidas en el RCDE, como el transporte, la agricultura, el sector residencial o la gestión de residuos.
En el conjunto de los sectores regulados por el RCDE, la caída de emisiones ha sido notable: un 19,2% menos que en 2022, reflejo del esfuerzo realizado por las actividades industriales y energéticas hacia la transición ecológica. En este ámbito, la producción de energía eléctrica continúa siendo el sector de mayor peso, aunque su participación ha descendido de forma significativa, pasando de representar el 44,7% en 2022 al 31,3% en 2023. Este retroceso está directamente vinculado al cierre progresivo de las centrales térmicas de Carboneras (Almería), Los Barrios (Cádiz) y Puente Nuevo (Córdoba), así como al creciente protagonismo de las energías renovables en el mix energético andaluz.
El sector del refino de petróleo también ha contribuido al descenso general de las emisiones, en paralelo al proceso de modernización tecnológica e incremento de la eficiencia energética en las instalaciones. En este sentido, Andalucía mantiene una posición avanzada en la reconversión de su tejido industrial, integrando criterios de sostenibilidad y responsabilidad climática en los sectores más emisores.
Descenso de las emisiones difusas
En cuanto a las emisiones difusas, los sectores que más contribuyen son el transporte y la movilidad, con un 54% del total; la agricultura y la ganadería, con un 24%; y la gestión de residuos, con un 10%. El transporte por carretera se consolida como la principal fuente de emisiones difusas, aunque en 2023 se registró una bajada del 2,9% respecto al año anterior. Este descenso refleja los efectos de las políticas públicas orientadas a fomentar una movilidad más sostenible, como la expansión de los metros de Sevilla, Málaga y Granada y la apuesta por el transporte ferroviario de mercancías, con proyectos estratégicos como la conexión del puerto de Algeciras con los corredores ferroviarios nacionales.
La Junta de Andalucía subraya la importancia de seguir profundizando en esta línea de acción mediante la electrificación progresiva del parque móvil y la promoción de la intermodalidad en el transporte de personas y mercancías. La descarbonización del transporte constituye uno de los mayores desafíos para alcanzar los objetivos climáticos establecidos en el marco del PAAC y del Pacto Verde Europeo.
Por su parte, las emisiones procedentes de la agricultura y la ganadería mantienen una tendencia descendente desde 2020. Entre las razones que explican esta evolución se encuentra el aumento constante de la superficie cultivada bajo producción ecológica, un ámbito en el que Andalucía ocupa el liderazgo nacional con más del 50% del total de la superficie ecológica de España. Esta apuesta por una agricultura sostenible, con las mejoras en la gestión de los residuos ganaderos y la eficiencia en el uso de fertilizantes, está contribuyendo a reducir la huella de carbono del sector primario andaluz.
Además de la reducción de emisiones, el Inventario Andaluz analiza la capacidad de los ecosistemas andaluces para absorber gases de efecto invernadero. En 2023, la capacidad de sumidero se ha cifrado en 6.840.740 toneladas de CO2 equivalente, lo que representa un incremento del 0,7% respecto a 2022, debido al refuerzo de las absorciones en las categorías que más contribuyen al balance climático, principalmente las tierras forestales, que aportan el 73% de las absorciones, y las tierras de cultivo, responsables del 24%. La mejora en la gestión de los montes, la regeneración natural de los bosques y la aplicación de prácticas agrícolas que favorecen la fijación de carbono en el suelo son factores determinantes de este avance.
Este incremento de la capacidad de sumidero se ha visto compensado parcialmente por una ligera disminución en las absorciones asociadas a los productos madereros, aunque esta tendencia no altera el balance global positivo. La consolidación de los ecosistemas forestales como grandes sumideros de carbono refuerza el papel de Andalucía en la mitigación del cambio climático y avala las políticas impulsadas por la Junta de Andalucía para la conservación y gestión activa del patrimonio natural.
Las cifras del Inventario Andaluz sitúan a Andalucía como una de las regiones españolas con menor volumen de emisiones procedentes de sectores difusos por habitante, con 2,9 toneladas de CO2 equivalente en 2023, solo por detrás de Melilla y a la par de la Comunidad de Madrid. Este dato contrasta con la media nacional, situada en 3,9 toneladas por habitante, y evidencia el compromiso andaluz con una economía baja en carbono. Si se consideran las emisiones totales por habitante, Andalucía se posiciona como la cuarta comunidad autónoma con menor volumen, con 4,5 toneladas de CO2 equivalente, muy por debajo de la media nacional de 5,6 toneladas.
Este resultado consolida a Andalucía como una de las regiones más avanzadas en la aplicación de políticas de mitigación del cambio climático, sustentadas en la eficiencia energética, la transición hacia fuentes renovables y la gestión sostenible de los recursos naturales. El Inventario Andaluz de Emisiones, además de ser un instrumento técnico de control y evaluación, se ha convertido en una referencia reconocida a nivel europeo. De hecho, el Comité de las Regiones de la Unión Europea lo ha identificado como una buena práctica medioambiental, incorporándolo al “mapa del Pacto Verde Europeo” (EU Green Deal Map), donde se recogen las iniciativas más relevantes en materia de sostenibilidad y gobernanza climática.
La Junta de Andalucía destaca que este seguimiento anual constituye una herramienta esencial para orientar las políticas públicas hacia una reducción progresiva de las emisiones, al tiempo que permite valorar la eficacia de las medidas adoptadas en el marco del Programa de Mitigación de Emisiones para la Transición Energética, uno de los tres ejes del Plan Andaluz de Acción por el Clima. La actualización constante de estos datos garantiza que las decisiones estratégicas en materia energética, de transporte o de uso del suelo se basen en un conocimiento científico riguroso y adaptado a la realidad territorial andaluza.
El Inventario Andaluz de Gases de Efecto Invernadero está disponible en la web de la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente. Su consulta ofrece una visión completa del progreso de la comunidad en la lucha frente al cambio climático, reflejando tanto la reducción de emisiones como el fortalecimiento de los sumideros naturales.