Sevilla, 9 de octubre de 2025. La voz de Samy Camps ha sido proyectada por numerosas partes del globo; desde su Francia natal hasta Suiza, Estonia o la lejana Singapur. Samy Camps, tenor de la obra Les Enfants Terribles, nos espera sentado ya con una taza en mano en el interior de una de las cafeterías más bonitas del centro de Sevilla. A pesar de estar completamente fuera de su entorno profesional, su persona transmite calma y su sonrisa una clara ilusión por esta entrevista. Estos días, los aficionados al género lírico han podido disfrutar de su talento en el primer Festival de Ópera de Sevilla organizado por el ayuntamiento de la ciudad, a través de la Delegación de Turismo y Cultura.
El vocalista francés se ha convertido en una de las piezas clave del engranaje de la primera edición del Festival. Con su interpretación del personaje de Gerard, inspirado en la novela de Jean Cocteau, ha conmocionado al público durante sus tres actuaciones los pasados días 25 de septiembre, 2 y 3 de octubre. Su primera afirmación no dejaría indiferente a ninguna entrevistadora: “No me dejes hablar demasiado, soy un flujo constante e infinito de palabras”.
Les Enfants Terribles está basada en una novela de Jean Cocteau que no necesariamente conoce el público mayoritario. Si tuvieras que explicar la obra a una persona que no ha leído el libro, ¿cómo lo harías?
El libro original de Jean Cocteau es un tanto críptico y complejo de explicar. La obra representa la historia de dos hermanos adolescentes, Paul y Elizabeth. Viven en una casa muy grande en Montmartre y durante la mayor parte de la historia son huérfanos. La obra explora el flujo de emociones contradictorias que tiene un adolescente y una relación entre hermanos que no llega a ser incestuosa, pero comprende dinámicas del amor platónico y admirativo que sentimos cuando somos pequeños e ingenuos.
Jean Cocteau no quería estar asociado con el movimiento surrealista francés que estaba liderado por André Breton. Cocteau quería ser el jefe de su propio movimiento. Sin embargo, hay algunos elementos que tomó prestados de esa estética porque convivió con ella. Así que, a veces, en una sola frase de la obra puedes encontrar una descripción con palabras que no encajan entre sí en absoluto. Por ejemplo, a veces Cocteau escribe: “Elizabeth se sentía tranquila y salvaje”. Y uno piensa: eso no tiene ningún sentido porque realmente su objetivo no era crear una narrativa tradicional. Pero si lo tomas de una manera poética, en general, las palabras de Cocteau tratan más sobre las sensaciones y la complejidad de ser adolescente que de contar una historia con un sentido narrativo estricto.
Tu personaje Gerard, ¿qué significa para la historia?
Mi personaje, Gérard, representa la figura del corifeo en las tragedias griegas. En la ópera, el compositor enfatiza el hecho de que Gérard es el narrador y sus comentarios ayudan al espectador a replantearse cosas sobre la acción y entender mejor qué es lo que está sucediendo. El propio escenario de la Artillería está hecho de forma muy simétrica. Aunque el público debería ver exactamente lo mismo, no lo hacen desde el mismo ángulo. Mi personaje trata de unir las dos partes del público y conectar lo que cada uno no puede apreciar desde su perspectiva.
Además, tiene bastante importancia en la historia porque es el único personaje sensato.
Es quien observa todo y es el único que madura a lo largo de la historia. En el libro por ejemplo se especifica que tiene un tío con un trabajo serio y va a heredar ese legado, a diferencia de los hermanos Paul y Elizabeth que son huérfanos y viven en una especie de mundo fantasioso. Gerard siente una fuerte admiración por Paul. Quiere estar cerca de Paul todo el tiempo. Quiere estar con él, hablar con él, mirarlo todo el rato. En definitiva, quiere que Paul lo ame. Nosotros como adultos podemos verlo fácilmente como amor, pero cuando eres un niño no lo percibes de esa manera.
¿Cuál fue el mayor reto en el proceso de preparación de tu personaje?
Probablemente aprenderme el texto hablado. Tengo mucho que decir como narrador y el problema es que, en una misma frase, puedes tener cinco palabras completamente opuestas. Se supone que debería haber una o dos ideas por frase, y de repente con las obras de Cocteau tienes mil ideas en la misma línea. Cuando aprendo los textos trato de plasmar imágenes o sensaciones físicas en mi mente para recordar, pero con tantas contradicciones se convierte en una tarea muy compleja.
¿Crees que la música de Phillip Glass le hace justicia a la historia?
Definitivamente sí, aunque no siempre coincide con la narrativa de la historia. En la primera escena de la ópera en la que se interpreta una batalla de bolas de nieve, en mi opinión la música transmite perfectamente el sentimiento de la nieve cayendo. Suenan unos arpegios lentos y muy sencillos que casi representan el silencio de cuando la nieve cae. Pero, como he dicho, a veces la música contrasta mucho con la historia. En el caso de la escena en la que la madre de los hermanos muere, la música que acompaña la escena es muy rítmica y divertida, un poco jazz incluso. El espectador no espera una contradicción así y eso es lo realmente impactante.
Si pudieras elegir una lección o mensaje que la obra pueda transmitir a las futuras generaciones, ¿cuál sería?
De manera más genérica me gustaría que cuando los espectadores salgan de la obra se sorprendan por el hecho de que la ópera está más viva que nunca. Es una forma artística que está viva porque combina canto, texto hablado, actuación, música en directo, etc.
Luego, centrándome en Les Enfants Terribles, me gustaría que sobre todo la generación joven se dé cuenta de que la ópera contemporánea existe y trata temas actuales y de relevancia para ellos. Es una obra de los 90, es muy reciente realmente. Creo que si la gente sale después del espectáculo y puede pensar: “No necesito tener cultura operística para disfrutar de esta ópera” sería un triunfo. Eso no significa que vayan a entender la ópera en sí. Pero no hace falta. No tienes que entender o haber ido a la universidad para apreciar o disfrutar el arte. Esta ópera trata completamente sobre los sentidos.
Puedes disfrutar del espectáculo divirtiéndote y sintiendo emociones y eso seguiría llamándose ópera. Creo que ese es el mensaje más potente.