Con tan solo 2 años fue diagnosticado de histiocitosis de células de Langerhans. Gracias a la colaboración de la Fundación Real Betis Balompié y la Fundación Pequeño Deseo, pudo hacer realidad su deseo este domingo
Hay momentos en los que la vida se detiene de golpe, como si el tiempo se quedara suspendido en una rotonda sin salida, en la que solo puedes seguir dando vueltas. Eso fue lo que le ocurrió a Liam y a su familia hace tres años.
Todo empezó con un dolor en los oídos, nada preocupante, a priori. Pero lo que parecía una visita rutinaria al hospital se convirtió en la noticia que ningún padre quiere escuchar. “De pronto me dijeron que no nos íbamos a casa”, recuerda su madre con la voz entrecortada.
Liam, un bético jienense de tan solo 5 años fue diagnosticado de histiocitosis de células de Langerhans, una enfermedad poco frecuente que requiere tratamientos similares a los del cáncer, incluida la quimioterapia. Desde entonces, la vida de este pequeño luchador y de toda su familia cambió por completo.
Con apenas cinco años, Liam ha demostrado una fortaleza que conmueve a todos los que le rodean. Y junto a él siempre han estado sus padres y su hermano mayor, Izan, sosteniéndolo en cada paso del camino.
Porque Liam es un auténtico ejemplo de superación. A pesar de la dureza de su enfermedad, nunca ha perdido la sonrisa ni la ilusión.
Su familia reconocía que el pequeño siempre ha sido del Betis desde que tiene uso de razón, igual que el padre, que estaba más nervioso que él.
Gracias a la colaboración de la Fundación Real Betis Balompié y la Fundación Pequeño Deseo, Liam pudo hacer realidad su sueño este domingo en el partido ante el Osasuna. Entró al estadio por primera vez acompañado por sus padres y su hermano, con su camiseta, bufanda y varita, tres objetos que le hicieron volver a creer en la magia.
Su madre no pudo contener la emoción del momento, después de tantos malos momentos, no sabía como reaccionar ante la sorpresa. “Mi hijo lo ha pasado tan mal, que yo solo quiero para él buenos momentos”, decía medio conmovida.
“No tengo palabras para lo que ha hecho la Fundación Real Betis Balompié y la Fundación Pequeño Deseo, no se lo voy a poder agradecer nunca”, expresaba la madre totalmente agradecida por el gesto.
Así fue como este pequeño guerrero cumplió su sueño de apoyar a sus ídolos desde la banda, sintiéndose parte de este equipo que tanto ama. Pero lo que quizá no imaginaba es que, en realidad, él ya se había convertido en el mayor ídolo de su familia. Porque más allá del fútbol y del Real BetisBetis, Liam inspira cada día valentía, alegría y su capacidad infinita de dar esperanza.