La Iglesia en Sevilla cuenta desde esta mañana con seis nuevos diáconos, seis hombres que en el plazo de un año serán ordenados sacerdotes, pasando así a enriquecer el clero diocesano sevillano. El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, ha sido el encargado de ordenar diáconos a Cristian Rodríguez, Pablo Bernal, Erson Rosario da Cruz, José Manuel Ruiz, Alberto Torres y Pablo Noguera, en el curso de una misa que se ha celebrado en el trascoro de la Catedral. La Eucaristía ha sido concelebrada por monseñor Ildo Augusto dos Santos Lopes, obispo de Mindelo (Cabo Verde); los obispos auxiliares, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia; el deán del Cabildo, Francisco J. Ortiz; el rector del Seminario, Andrés Ybarra; el nuevo rector del Seminario Redemptoris Mater, Antonio Escribano; y una numerosa representación del clero de la Archidiócesis y de la vida consagrada.
El arzobispo ha comenzado su homilía afirmando que la vocación es “iniciativa gratuita de Dios, que precede, acompaña y sostiene”. “No es fruto de un proyecto humano o de una estrategia organizativa”, ha añadido. Seguidamente ha destacado la comunión por encima de la “eficacia mensurable”, y la caridad como algo “no opcional” sino consustancial a la naturaleza de una Iglesia que consideró a los pobres como “el tesoro”.
Monseñor Saiz Meneses se ha detenido en los momentos que los seis ordenandos iban a vivir a continuación: el llamamiento por sus nombres, las promesas y la invocación a los santos en la Letanía mientras se postran en el suelo -“pobres ante Dios y sostenidos por la comunión de la Iglesia celestial”-, la imposición de manos, la plegaria de ordenación, el revestimiento con la estola al modo diaconal y la dalmática, y la entrega del Libro de los Evangelios. Un ritual especial que concluye con el beso de paz, “que completa vuestra incorporación al orden de los diáconos de esta Iglesia particular”.
“Hombres de la Palabra, del Altar y de la Caridad”
Dirigiéndose a los ordenandos, ha afirmado que deben ser “hombres de la Palabra, del Altar y de la Caridad”, y que no pueden caer en “la superficialidad o la improvisación”. Así, les ha aconsejado que se dejen transformar el corazón por la Palabra, que se conviertan “para ser transparencia de Cristo”. Igualmente, les ha pedido que asistan “con devoción” en la Eucaristía, que vayan a “las periferias visibles e invisibles”, y que no deleguen la caridad en estructuras”. “Encarnadla”, ha subrayado.
En referencia a la promesa que harían posteriormente al obispo y sus sucesores, monseñor Saiz Meneses ha aclarado que “no se trata de un formalismo: es algo que os incorpora de corazón a la vida de la diócesis, en unidad con el presbiterio y los demás diáconos, al servicio del Pueblo de Dios”. En esta línea, ha apuntado que “la comunión no es sólo afecto, es misión compartida”. Además, ha señalado que “la vivencia del celibato propiciará que podáis consagraros totalmente al servicio de Dios y de los hermanos”, y les ha aconsejado que conserven y acrecienten el espíritu de oración, que busquen la fraternidad sacerdotal y aprendan de la experiencia de los diáconos mayores. Finalmente, les ha pedido que se esfuercen en “vivir con un estilo de sencillez evangélica”, evitando la vanidad, la rigidez y la mundanidad espiritual. “El diácono no se busca a sí mismo; busca a Cristo y a los hermanos”, ha concluido, antes de agradecer a las familias de los nuevos diáconos “la importante labor que han tenido en su vocación”.
La misa de ordenación está cargada de simbolismo, momentos con un profundo significado. Tras las promesas de los candidatos, ha sido especialmente emotivo el momento en el que los seis ordenandos se han postrado en el presbiterio ante el arzobispo mientras la asamblea entonaba la Letanía. Igualmente, la imposición de manos del arzobispo o el momento en el que han sido revestidos con la ayuda de familiares y sacerdotes.
En la parte final de la misa, en la que han asistido los nuevos diáconos, ya revestidos, el arzobispo de Sevilla ha invocado a la patrona de Sevilla, la Virgen de los Reyes, situada en su paso de tumbilla en la parte central del presbiterio. “Hoy es un día muy grande para nuestra familia diocesana. Es un gozo ver tanto miembro del pueblo fiel, de la vida consagrada, también de nuestros diáconos y presbíteros. Volvamos a casa satisfechos, dando gracias a Dios”, ha concluido.
La Eucaristía ha sido retransmitida en directo por el canal del Cabildo Catedral en youtube.
GALERÍA FOTOGRÁFICA completa de la misa