Entre cumbres cubiertas de pinares y valles que conservan el legado de culturas milenarias, el Parque Natural Sierra María-Los Vélez se ha convertido en uno de los grandes tesoros naturales de Andalucía. Declarado inicialmente en 1987 como Parque Natural Sierra de María, este espacio protegido al norte de Almería cumple en 2025 su 38º aniversario, más vivo y significativo que nunca.
La historia de su protección comenzó con una superficie de 18.962 hectáreas. En 1994, con la aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) y el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), se redefinieron sus límites y pasó a denominarse Sierra María-Los Vélez, alcanzando las 22.610 hectáreas que actualmente lo conforman. Un cambio que no solo supuso una ampliación territorial, sino también una apuesta firme por una gestión sostenible y participativa.
A lo largo de los años, este parque ha ido integrándose en las principales figuras de conservación europeas. En 2003 fue declarado Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), integrándose en la Red Natura 2000, y posteriormente fue propuesto como Lugar de Interés Comunitario (LIC). Finalmente, en 2012, fue designado como Zona de Especial Conservación (ZEC). Todo ello refuerza su valor como enclave ecológico y estratégico en Andalucía.
Un mosaico de vida: biodiversidad excepcional
El Parque Natural Sierra María-Los Vélez es, ante todo, un santuario de biodiversidad. En él se han identificado 12 tipos de Hábitat de Interés Comunitario, tres de ellos prioritarios, distribuidos entre zonas de alta montaña, pinares, sabinares, encinares y matorrales. Este mosaico de ecosistemas alberga más de 1.200 especies de flora, muchas de ellas endémicas, vulnerables o en peligro de extinción. Destacan especies como la Atropa baetica (amenazada), Crataegus laciniata (vulnerable), y endemismos únicos como Centaurea mariana y Sideritis stachylloides.
Entre sus tesoros botánicos se encuentra también la sabina albar de Chirivel, declarada Monumento Natural en 2003 por su singularidad y longevidad.
La fauna del parque no es menos impresionante. Las aves encuentran aquí un refugio vital, con hasta 120 especies catalogadas, entre residentes y migratorias. Rapaces como el águila real, el águila calzada o el buitre leonado sobrevuelan sus cielos, y entre los mamíferos destaca la presencia de la gineta, el gato montés y el zorro.
Un capítulo aparte merece los lepidópteros: hasta 2024 se han identificado 506 especies, lo que supone el 68% de las conocidas en Almería y un 28% del total peninsular. La emblemática Parnassius apollo ssp. mariae, una rara y bella mariposa, se ha convertido en símbolo del parque. Además, se han documentado 19 endemismos ibéricos y trece especies protegidas.
El Centro de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) de “Las Almohallas”, situado dentro del parque, desempeña un papel crucial en la atención, recuperación y reintroducción de la fauna silvestre de la provincia, afianzando el compromiso del espacio natural con la conservación activa.
Gestión forestal y restauración del paisaje
La imagen actual del parque de la comarca de Los Vélez, donde se encuentra, es el resultado de décadas de esfuerzo y planificación. A lo largo del siglo XX se llevaron a cabo extensas repoblaciones forestales, así como obras de restauración hidrológico-forestal: construcción de diques de retención, corrección de cauces y tratamientos selvícolas. Estas intervenciones permitieron frenar la erosión, recuperar suelos degradados y consolidar un paisaje más resiliente.
Actualmente, más del 85% del parque está cubierto por superficie forestal, tanto pública como privada. Los trabajos de prevención de incendios, mantenimiento de la red viaria y gestión silvícola han sido claves para proteger estos bosques y para garantizar el sustento de la biodiversidad y del turismo de naturaleza, que cada vez tiene más peso en la economía local.
Pero el valor del parque no se limita a su naturaleza. Sierra María-Los Vélez es también un espacio con una profunda huella humana. A pocos kilómetros del corazón del parque se alza el castillo renacentista de Vélez-Blanco, construido en el siglo XVI, cuya silueta domina el paisaje como símbolo de la historia de la comarca.
En su interior y alrededores se encuentran algunos de los yacimientos arqueológicos más significativos de la región, con restos que abarcan desde el Paleolítico hasta la Edad del Bronce. Las pinturas rupestres halladas en cuevas como la de Ambrosio o la de los Letreros, ambas declaradas Monumento Natural, forman parte del conjunto del Arte Rupestre del Arco Mediterráneo, incluido en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1998.
Un parque para descubrir y disfrutar
La gestión del parque ha apostado firmemente por acercar sus valores al visitante. A día de hoy, cuenta con una completa red de infraestructuras para el uso público: nueve senderos señalizados, cinco miradores interpretativos, un jardín botánico, un centro de visitantes, un camping, zonas de acampada controlada y áreas recreativas. Todo ello permite a miles de personas cada año disfrutar de un entorno privilegiado en condiciones sostenibles y de forma responsable.
La comarca de Los Vélez ha sabido mantener un modelo de vida rural que, lejos de suponer una amenaza para el entorno, se ha convertido en su aliado. La agricultura ecológica ha experimentado un crecimiento notable, especialmente en el cultivo de cereal y almendro de secano. La ganadería extensiva, centrada en el ovino, sigue desempeñando un papel clave tanto en la economía como en la conservación del paisaje y el control de incendios mediante el pastoreo.