sábado, 16 agosto 2025

HISTORIA | Un récord de Primera División

El Real Betis inicia en Elche la temporada número 60 en la máxima categoría y la undécima consecutiva en la élite, algo que nunca había ocurrido antes.
Rubén Castro hace el primer gol del Real Betis en la temporada 2015/16. Desde entonces, el club verdiblanco siempre ha estado en Primera División.

El Real Betis inicia en Elche la temporada número 60 en la máxima categoría y la undécima consecutiva en la élite, algo que nunca había ocurrido antes.

Por Manolo Rodríguez

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Cuando el próximo lunes comience a rodar la pelota en el estadio Martínez Valero de Elche, el Real Betis estará estrenando su temporada número 60 en Primera División. Un registro redondo y elocuente que reitera la importancia de la sociedad verdiblanca en el fútbol español y que, por derecho propio, la sitúa en el noveno puesto de la clasificación histórica del campeonato nacional de Liga.

Pero con ser trascendente este dato, igualmente relevante es el récord que el Real Betis va a superar esta campaña que ahora comienza: el relativo a que esta temporada será la undécima que de manera consecutiva disputen los béticos en la máxima categoría, algo que no había ocurrido nunca antes.

El Real Betis jamás había permanecido 11 temporadas seguidas en la Primera División y este hecho, que quizá pueda saberle a poco a las generaciones más jóvenes y a los perpetuos exigentes, demuestra muy a las claras de dónde venimos y a qué destino ha conseguido llegar en los últimos tiempos el Club verdiblanco. Como afirmó en clave de deseo el presidente José Núñez en 1970, ya parece, por fin, que tenemos un Betis de Primera División y no un Betis en Primera División.

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Hasta el momento, la etapa de mayor permanencia en la élite del fútbol nacional no había superado los 10 años. Fue aquella que trascurrió de 1979 a 1989 y que se inició con el mandato de Juan Mauduit para continuar con el de Gerardo Martínez Retamero. Un tiempo que contó con ejercicios brillantes y con otros que lo fueron menos, aunque, en general, dejara un buen recuerdo en la afición, que pudo ver sobre la hierba de Heliópolis a la generación que ganó la Copa del 77 y a futbolistas tan icónicos como Gabriel Calderón y Faruk Hadzibegic.

Con anterioridad, y bajo la égida de Benito Villamarín, el Real Betis estuvo en Primera División durante 8 temporadas consecutivas, de 1958 a 1966, retornando con todos los honores a la categoría de la que había faltado desde 1943. 

Esos años fueron muy felices para los que lo vivieron, supervivientes todos ellos de la “travesía del desierto”, deslumbrados por el mito Del Sol y por una pléyade de jugadores irrepetibles entre los que se contaban Eusebio Ríos, Bosch, Areta, Pepín, Luis Aragonés, Ansola, Lasa o Rogelio. Nunca sabremos qué podría haber ocurrido si la enfermedad no hubiera minado la salud del gran presidente gallego, quien abandonó el puente de mando en diciembre de 1965, falleciendo pocos meses después de que se hubiera consumado el descenso que le ponía fin a esa época estelar.

También 8 temporadas permaneció el Real Betis en Primera División de 2001 a 2009, ya en el siglo XXI, bajo el control absoluto de Manuel Ruiz de Lopera, aunque la presidencia de la entidad la ostentara José León Gómez desde el 30 junio de 2006. Esos fueron tiempos convulsos, muy particularmente los últimos años, en los que los conflictos internos y la protesta social hacían intuir un final abrupto como el que realmente se produjo. Esa fue la época de la explosión de Joaquín, de las faltas de Assunçao, de la vuelta de Lorenzo Serra, del título de Copa de 2005, del himno de la Champions en Heliópolis, de los goles de Oliveira y de un lento declive que sirvió de prólogo a toda la decadencia futura.

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Tras diversas idas y venidas, el Real Betis volvió a Primera División en 2015 y desde entonces está ahí: cumpliendo 11 años consecutivos en la máxima categoría, algo que, como decíamos, no había ocurrido antes. El primer partido de este nuevo amanecer, en septiembre de aquel año, acabó con empate a uno frente al Villarreal y gol de Rubén Castro, quien, por cierto, también marcaría el último tanto de aquella campaña contra el Getafe.

Ese ejercicio lo comenzó como presidente Juan Carlos Ollero, quien dimitió en febrero de 2016, accediendo a la más alta magistratura Ángel Haro, con José Miguel López Catalán en la vicepresidencia. A partir de ese momento el Club ha dado un salto exponencial en todos los terrenos: en el deportivo, en el social y en el económico. 

No es cuestión de mencionar aquí todos los méritos acumulados por la entidad en esta década (por otra parte, ya conocidos de sobra), pero salta a la vista la consolidación accionarial de la sociedad, el liderazgo en la gobernanza, el espectacular aumento del número de socios y de espectadores, la proyección nacional e internacional del Club, los incrementos presupuestarios, el crecimiento patrimonial y de la plantilla, la planificación de un nuevo estadio y, sobre todo, los refulgentes éxitos deportivos que han sumado un título de Copa, una final europea y cinco clasificaciones consecutivas para participar en las competiciones continentales. 

Parece natural, por tanto, que ese Betis lanzado vaya derribando mitos como el de sus años de permanencia en la Primera División. Un aspecto este que nos resulta fundamental a los que venimos de atrás, a los que conocimos otras circunstancias y otras limitaciones y que no podemos sino sentirnos orgullosos de ver que los vientos llegan cargos de ambiciones y, lo que es más importante, de realidades.

En Elche arranca otra historia, que viene a sumarse a los 2034 partidos que ya lleva jugados el Real Betis en Primera División, y cuyo mayor hito en la élite fue el título obtenido en la campaña 1934/35 y los dos terceros puestos alcanzados en las temporadas 1963/64 y 1994/95. 

Confiemos en que esta 60 temporada del Real Betis en Primera División, la número 11 consecutiva en la categoría, siga trayendo satisfacciones. Las que esta vez deberán disfrutarse en la nueva casa circunstancial del estadio de La Cartuja, como antes se vivieron en el viejo campo del Patronato y en el suelo sagrado de Heliópolis. 

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