La Unión Europea, a través de iniciativas como el Pacto Verde Europeo y el programa De la Granja a la Mesa, trabaja para que la producción de alimentos sea más respetuosa con el medio ambiente, reducir el desperdicio y garantizar la seguridad alimentaria en el continente. Sin embargo, la situación en los países de ingresos bajos y medios, especialmente en África, presenta importantes retos estructurales.
En el marco del proyecto europeo NEEMA, liderado por la Universidad de Sevilla, se han identificado en distintas regiones africanas debilidades como la desigualdad de género, la dependencia de la agricultura de secano, la falta de acceso a semillas de calidad o las carencias nutricionales, factores que limitan gravemente la resiliencia de sus sistemas alimentarios.
La investigación, fruto de la colaboración de seis universidades europeas (Sevilla, Génova, Côte d’Azur, Haaga-Helia, Management Center Innsbruck y Universidad de Kehl, todas ellas integrantes de la alianza Ulysseus European University), ha recopilado las mejores prácticas europeas en seguridad alimentaria y nutricional.
El objetivo es analizar su posible adaptación a los contextos locales africanos, respetando las tradiciones, los entornos alimentarios y los desafíos específicos de la región, como la inestabilidad política, las amenazas a la seguridad o los efectos del cambio climático.
Además, el proyecto cuenta con la participación activa de ocho socios africanos, que avanzan de manera significativa en los trabajos de investigación y aplicación práctica.
Esta publicación se suma a otras aportaciones recientes del proyecto, como el libro dedicado a la situación del Sahel, publicado por la editorial Egregius, y el volumen que verá la luz próximamente en Editorial Dykinson, titulado “Realidades y retos de las políticas alimentarias y de la sostenibilidad en un mundo global en aceleración: estudios de caso”.
Con esta iniciativa, la Universidad de Sevilla refuerza su papel como referente internacional en la búsqueda de soluciones sostenibles y adaptadas para avanzar hacia una mayor seguridad alimentaria, una nutrición adecuada y un futuro más resiliente y autosuficiente en el continente africano.