El santuario de Nuestra Señora de Setefilla, en Lora del Río, acogió este domingo 1 de junio, solemnidad de la Ascensión del Señor, la celebración de las Jornadas Mundiales de las Comunicaciones Sociales, una ocasión en la que la Iglesia universal anima a las diócesis a rezar por los comunicadores sociales “para que con su trabajo ayudan a mostrar la belleza de la verdad y la luz del Evangelio en medio del mundo”.
En la Eucaristía presidida por el delegado diocesano de Medios de Comunicación Social, Leonardo Sánchez, participaron responsables de comunicación de distintas hermandades, entre ellos, del Gran Poder de Brenes y de la Sacramental de San Pedro de Sevilla.
Durante su homilía, Sánchez reflexionó sobre la importancia de «compartir con mansedumbre la esperanza que hay en nuestros corazones», el lema de estas jornadas elegido por el papa Francisco en su último mensaje a los comunicadores. “Nos unimos también al deseo de nuestro nuevo papa, León XIV, de construir una comunicación desarmada, desarmante y profundamente humana: capaz de escuchar, de respetar, de tender puentes”, añadió el responsable de la pastoral de comunicación de la Archidiócesis.
“Hoy es un día importante para todos aquellos que ejercen diariamente la labor de comunicar la Buena Noticia dentro de las hermandades, asociaciones, parroquias y movimientos, recabando información y comunicando todo lo bueno que acontece», añadió.
Domingo de la Ascensión
Sobre el Evangelio proclamado, Sánchez ha subrayado que “la Palabra proclamada nos revela el misterio de Cristo, que asciende al cielo y nos encomienda la misión de anunciar el Evangelio a toda criatura. Su Ascensión no marca una ausencia, sino una nueva presencia, que nos envía a comunicar la esperanza desde lo alto”.
En esta Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, “el Señor nos recuerda que el anuncio cristiano no puede separarse de la mansedumbre, del respeto y de una profunda vida interior. Solo con el corazón lleno de su Espíritu podremos ser verdaderos testigos, comunicadores de paz y sembradores de esperanza en medio del mundo”.
Al término de su homilía agradeció a la Hermandad de Nuestra Señora de Setefilla por su acogida y servicio en beneficio de la evangelización, de la mano de María Santísima.