domingo, 6 julio 2025

La Catedral de Sevilla acogió la celebración jubilar de los enfermos

La Catedral de Sevilla acogió la celebración jubilar de los enfermos el pasado domingo 25 de mayo, con ocasión de la Pascua del Enfermo. La Eucaristía fue presidida por el obispo auxiliar de Sevilla, monseñor Teodoro León, y concelebrada por el delegado diocesano de Pastoral de la Salud, Manuel Sánchez de Heredia y el responsable del Jubileo 2025 en Sevilla, Manuel Soria. 

La Catedral de Sevilla acogió la celebración jubilar de los enfermos el pasado domingo 25 de mayo, con ocasión de la Pascua del Enfermo. La Eucaristía fue presidida por el obispo auxiliar de Sevilla, monseñor Teodoro León, y concelebrada por el delegado diocesano de Pastoral de la Salud, Manuel Sánchez de Heredia y el responsable del Jubileo 2025 en Sevilla, Manuel Soria. 

“La celebración jubilar de la pastoral de enfermos, una ocasión en que la gracia de Dios se hace especialmente visible y concreta a través del sacramento de la Unción de los Enfermos”, destacó monseñor León al inicio de su homilía.

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La Catedral de Sevilla acogió la celebración jubilar de los enfermos“Jesús no nos abandona, no es un Dios lejano, ausente o indiferente, es un Dios que se acerca y entra en nuestras vidas, que hace morada en el corazón creyente, especialmente en el corazón herido por la enfermedad o la fragilidad. Por eso queremos anunciar con profunda fe y convicción que Cristo vive en medio del sufrimiento humano, no como espectador, sino como redentor, en cada hospital, habitación, cama y silla de ruedas, está también Él, acompañando, sosteniendo, consolando. Hacer morada en nosotros, eso es lo que promete Jesús y, esa promesa no queda anulada por la enfermedad, edad o debilidad, al contrario, es en esos momentos cuando más claramente se revela su fidelidad, Dios siempre está con nosotros”.

Sobre la Unción de los Enfermos dijo que “no es un sacramento de despedida como se ha interpretado erróneamente, es un sacramento de vida, fortaleza y presencia del Espíritu Santo, un gesto que proclama que Dios sigue actuando, sanando y acompañando, no siempre con la curación física, pero siempre con una gracia que transforma por dentro, la gracia de la paz, el consuelo y la esperanza”.

“En esta celebración jubilar – añadió monseñor León – la Iglesia quiere proclamar con fuerza que cada enfermo es un templo del Espíritu Santo, que su vida tiene un valor incalculable, que no hay sufrimiento estéril cuando se vive unido a Cristo”. A los presentes en la Eucaristía les dijo “vosotros queridos enfermos sois testigos silenciosos del amor de Dios, evangelizadores desde la fragilidad, orantes escondidos que sostenéis a la Iglesia con vuestra cruz”.

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En nombre de la Archidiócesis de Sevilla, monseñor Teodoro León agradeció a los sacerdotes, religiosas, ministros extraordinarios de la comunión y agentes de pastoral que se dedican a acompañar a los enfermos en los hospitales, hogares o residencias. “Gracias a todos los que llevan la Comunión, oran, acompañan y consuelan, vuestra labor es el rostro de la ternura de la Iglesia, vosotros sois manos de Cristo que acarician”.

Finalmente destacó que “en el corazón de la Pascua no hay solo resurrección sino también cruz, la gloria de Cristo resucitado no borra sus llagas, sino que las transfigura; eso es lo que pedimos para nuestros hermanos enfermos y ancianos, que el Señor no les quite la cruz, pero sí la haga fecunda y llevadera con su amor”.

 

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