jueves, 22 mayo 2025

Iker, el pequeño de Málaga que padece una enfermedad rara, ha cumplido un sueño

El Fichaje Estrella de la Fundación, Paola, ha acompañado al pequeño en este día inolvidable.

El Fichaje Estrella de la Fundación, Paola, ha acompañado al pequeño en este día inolvidable.

Iker Rueda es un niño malagueño de siete años que sufre una de las enfermedades conocidas como raras. Su familia lucha día tras día para que se lleven a cabo investigaciones y puedan tener así un diagnóstico definitivo. 

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Pese a vivir en Málaga, Iker siente el Betis desde pequeño y pisar el césped del Benito Villamarín ha sido para él un sueño cumplido, como así lo ha delatado en todo momento su sonrisa.

Paola, fichaje estrella de esta temporada de la Fundación del Real Betis, ha sido la guía para Iker en esta visita. Ambos han congeniado desde primera hora y no han soltado sus manos ni por un instante.

Este día ha supuesto una importante ayuda para los padres de Iker, quienes hacen hincapié en que no se pueden dejar de lado este tipo de casos; “somos los grandes olvidados”.

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Iker nació en el 29 de septiembre de 2017 en un parto con complicaciones. Los médicos no querían aplicar la cesárea a Ana Rosa, su madre, y optaron por la oxitocina. Tras ello, se dieron cuenta que este medicamento podía afectar al feto, su frecuencia cardiaca descendió de forma considerable y finalmente Iker nació con cesárea de urgencia.

Tras varios días ingresado, Iker y su familia pudieron volver a casa. Hasta el año todo pareció transcurrir con normalidad, pero poco a poco sus padres se dieron cuenta de que el pequeño no conseguía sentarse.

Por ello, terminaron acudiendo a una fisio pediátrica, quien diagnosticó que Iker tenía un retraso de seis meses. 

A partir de ese momento, su familia se puso en contacto con atención temprana y neurólogos e iniciaron terapias privadas. El diagnóstico fue que Iker sufría hipotonía, es decir, disminución del tono muscular. 

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Además, hoy en día se conoce que Iker padece de TDAH, TEA y un trastorno que afecta a la zona motórica del cerebro. 

Ana Rosa Macías, madre de Iker, explica que se trata de un niño muy nervioso, sin apenas musculatura y con una coordinación irregular. Esto impide que practique el deporte que ama, el fútbol y hace que sufra más caídas de lo normal.

Actualmente Iker cursa 2º de primaria. Aquí, la escritura es uno de sus mayores desafíos en el día a día, dado que carece de fuerza en los dedos y en las extremidades superiores. 

Iker continúa con terapia ocupacional, psicológica y equinoterapia, gracias a lo cual experimenta algunas mejorías muy poco a poco. El mayor miedo de sus padres es qué será del pequeño el día de mañana.

“Esperamos el día en que tengamos un diagnóstico concreto de la enfermedad que sufre Iker y que hace que no pueda llevar una vida normal, como el resto de los niños de su edad”, cuenta su madre.

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