La candidatura de ‘Itálica Ceremonial’, promovida por la Consejería de Cultura y Deporte, ha sido elegida por el Consejo de Patrimonio Histórico como la propuesta que España presentará ante la Unesco en febrero de 2026 para su inclusión en Lista de Patrimonio Mundial. Así se ha aprobado por unanimidad en la reunión del órgano de colaboración entre el Estado y las comunidades autónomas celebrada en Gijón, donde se ha valorado positivamente la propuesta de la Junta de Andalucía para conseguir el máximo reconocimiento patrimonial para el conjunto arqueológico de Santiponce (Sevilla).
La consejera Patricia del Pozo ha asegurado que “la decisión del Consejo de Patrimonio Histórico Español supone un respaldo decisivo para la candidatura de Itálica, confirmando que su reformulación como ‘Itálica Ceremonial’ es acertada y va en la dirección correcta para alcanzar la distinción de la Unesco, logrando que sea propuesta para la Lista de Patrimonio Mundial”. En la reunión celebrada en Gijón, Andalucía ha estado representada por la secretaria general de Patrimonio Histórico y Documental, Mar Sánchez Estrella, la directora general de Patrimonio Histórico, Mónica Ortiz, y expertos en patrimonio mundial de la Consejería.
Tras este primer paso, la candidatura de Itálica pasará a ser la propuesta de España para su remisión a la UNESCO en 2026 y la posterior evaluación en el Comité del Patrimonio Mundial en 2027. A lo largo de los próximos meses, el equipo técnico redactor, en colaboración con el Ministerio de Cultura, deberá completar el expediente desde el punto de vista formal, con el fin de cumplir con las directrices operativas de la Unesco. Posteriormente, el informe será presentado en el Centro de Patrimonio Mundial, localizado en París, para su evaluación en febrero de 2026 por los órganos consultivos.
La Consejería de Cultura y Deporte asumió el impulso de la candidatura de Itálica en febrero de 2024 tras la decisión del Ministerio de Cultura de no recomendar su tramitación a la Lista de Patrimonio de la Unesco bajo el enfoque de ‘Ciudad Adrianea’, planteado por la plataforma Civisur, al entender que ya existían una gran cantidad de sitios arqueológicos de índole romana poseedores de este reconocimiento que hacían inviable el progreso de esta propuesta.
Desde ese momento, se ha estado trabajando en la viabilidad del proyecto y su reformulación. La candidatura de patrimonio mundial, bajo la coordinación de los técnicos de la Consejería, ha sido redactada por un grupo de especialistas, entre ellos, el catedrático de la Universidad de Sevilla, Fernando Lozano, y el experto internacional Cipriano Marín. Además, han colaborado los catedráticos de la Universidad Pablo de Olavide, Juan Manuel Cortés y Elena Muñiz, además de algunos miembros del Consejo Asesor que trabajó desde un inicio en la propuesta.
Valores Universales Excepcionales
La ciudad de Itálica fue fundada a finales del siglo III a. C. en las proximidades del río Guadalquivir y, con el paso del tiempo, se convirtió en un lugar de gran actividad económica que se extendió por un amplio territorio. Al ser la ciudad de origen de los emperadores Trajano y Adriano, se convirtió en un enclave de gran importancia estratégica y comercial en la Europa mediterránea de aquel momento. Durante el siglo II d. C., Adriano pretendió hacer en ella una ciudad ceremonial destinada a exaltar e impulsar un nuevo modelo de romanidad, fundamentada en la figura del emperador como sustento del Estado, para integrar dentro de él la diversidad de pueblos y culturas que lo conformaban.
Con esta finalidad, el emperador configuró en Itálica un centro ceremonial para reunir a los habitantes de toda la península Ibérica en torno a los principales hitos que todavía hoy son reconocibles: un gran templo de culto imperial, anchas calles para desfiles procesionales, termas con gimnasios para competiciones atléticas, grandes edificaciones domésticas para acoger a los ciudadanos principales, visitantes y peregrinos, y un imponente anfiteatro donde culminarían las celebraciones.