Con el objetivo de acercar y difundir la devoción al Sagrado Corazón de Jesús en la Archidiócesis de Sevilla, la Delegación Diocesana de Medios de Comunicación ha incorporado una nueva sección en su revista dominical, Iglesia en Sevilla, dedicada a presentar las numerosas imágenes y referencias a esta devoción en distintos puntos de la diócesis. Estos textos, redactados por el colaborador Federico Jiménez de Cisneros, se compartirán semanalmente también en esta web.
Tiene unos 1.300 habitantes, y se encuentra al sur de la provincia de Sevilla, lindando con las provincias de Cádiz y Málaga. Eclesiásticamente pertenece al arciprestazgo de Morón de la Frontera dentro de la Vicaría Sur, en la Archidiócesis de Sevilla.
Esta zona abunda en restos arqueológicos, debido a la riqueza de sus tierras, lo que explica la presencia de los fenicios, íberos, romanos, visigodos y musulmanes. De la mayor parte de estos asentamientos se han encontrado vestigios arqueológicos, desde utensilios prehistóricos hasta columnas romanas, pasando por enterramientos islámicos.
En Algámitas la iglesia parroquial tiene la advocación del Dulce Nombre de Jesús. Junto al templo parroquial se encuentra el edificio del antiguo ayuntamiento. Y delante de la iglesia, sobre una columna romana hallada en las cercanías, colocaron una imagen, algo más pequeña del tamaño natural, del Sagrado Corazón de Jesús. La escultura tiene aproximadamente un metro de altura, y recuerda la imagen monumental que se halla en el Cerro de los Ángeles, en el centro geográfico peninsular.
Es una estatua de color blanco, en la cual Jesús está representado vestido con larga túnica que llega hasta los pies, y con la mano derecha extendida bendiciendo. Tiene una sencilla corona metálica circular sobre la cabeza. Junto a ella, un árbol y muy cerca una fuente de agua cuyo rumor se oye permanentemente. Y es que Jesucristo es la fuente de agua viva. La imagen está orientada mirando hacia la puerta de la iglesia, como invitando a todos a entrar en el templo, recordando que Él es la luz del mundo y que a Él podemos ir a descansar todos, los que estamos cansados y agobiados, porque Él nos alivia.
Federico Jiménez de Cisneros