Coincidiendo con el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, que tuvo lugar ayer, 30 de marzo, Cáritas ha publicado un manifiesto en el que defiende la necesidad del reconocimiento social de esta profesión, “dada la importancia que los trabajos de hogar y de cuidados tienen para el sostenimiento la vida”.
Al respecto, desde la organización católica han recordado que la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en 1988, el 30 de marzo como el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, para reconocer el valor de esta profesión y reivindicar los derechos de quienes lo realizan.
En esta línea se posiciona Cáritas, que asegura que “las empleadas del hogar representan un sector económico importante, que contribuye al funcionamiento más eficiente del mercado de trabajo y al crecimiento económico, realizando tareas de cuidados y mantenimiento de los hogares que permite a quienes contratan cumplir con sus obligaciones laborales y personales o contar con tiempo de descanso”.
Rostro de mujer
Este colectivo tiene rostro de mujer. Así lo determinan los datos oficiales de la Seguridad Social sobre el trabajo doméstico en España que en 2023 señalaban que las mujeres ocupan el 95 % de estos puestos y que el 45 % de las empleadas son mujeres extranjeras en situación regular.
Cáritas se alegra de que en nuestro país, en los últimos años, se han producido mejoras en las condiciones de trabajo y de Seguridad Social para las empleadas de hogar, “como el acceso a la prestación por desempleo, la desaparición de la figura del desistimiento que permitía despedir sin razón justificada, y la subida progresiva del salario mínimo interprofesional, entre otras”. Pero estos avances también han conllevado un lógico aumento de los costes y trámites en la contratación, “sin que la Administración haya contemplado medidas de apoyo suficientes”, lamentan.
“Además, aún queda mucho por hacer para la equiparación total de derechos respecto al resto de personas trabajadoras”, añaden fuentes de Cáritas. Especialmente, exhortan a revisar las condiciones laborales y salariales de las empleadas del hogar en régimen de interna: “Muchas de ellas trabajan jornadas superiores a las 40 horas de trabajo efectivo a la semana y tienen una disponibilidad de 24 horas por residir en el lugar en el que trabajan. El descanso diario de dos horas reconocido por la ley es insuficiente y no siempre respetado, y a menudo, asumen la responsabilidad en solitario del cuidado de personas no familiares con gran dependencia. Trabajan aisladas y con pocas posibilidades de informarse o consultar sobre sus derechos”.
Reivindicaciones
Por todo esto, Cáritas propone -entre otras medidas- en el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar una clasificación profesional que distinga las tareas domésticas de aquellas otras que tienen que ver con el cuidado de las personas; que la Administración prevea “medidas de fomento de la contratación y apoyos a las personas empleadoras adaptadas a su realidad, de la misma forma que se hace con las empresas” y que garantice una “mayor vigilancia y control del cumplimento de la normativa laboral en las contrataciones de las empleadas de hogar”.