La sede de la Fundación Cajasol en Córdoba ha acogido este martes una cita muy especial dentro del ciclo Tramos de Cuaresma: la I Exaltación Cofrade, protagonizada por el cofrade cordobés Manuel Valera Cerdá, que ofreció una sentida reflexión sobre las raíces profundas y vivas de nuestra Semana Santa.
Durante su intervención, Valera, cofrade de las hermandades cordobesas de la Merced y de la O, destacó al Beato Álvaro de Córdoba como “semilla” de la religiosidad popular propia de nuestras hermandades y cofradías de Semana Santa. La misma “que agarró en suelo fértil y ahora crece rediviva en las ramas de una celebración trasladada al casco urbano, esa que latente hoy en día siente el rezo igual que antaño y al mirarse de año en año, se ve joven todavía”.
Con un lenguaje profundamente poético, el exaltador subrayó que “esa raíz piadosa ha permanecido firmemente anclada a su tierra, y su copa ha dado fruto, nutriendo corazones incluso entre temporales, regada con el agua de un pocito, sangre de mártir y lágrimas de un Custodio alado”.
“Todo lo que acontece en esos días pasa por el filtro de la nostalgia, que como un cordón umbilical nos ata a un sentimiento íntimo, personal y sumamente propio. Pero que a su vez y sin necesidad de cortarlo, nos arrastra al agitado océano de la calle y nos invita a convivir en sociedad con el entorno que nos rodea, compartiendo genéricamente lugares, momentos, emociones, hábitos y costumbres”, explicó.
El acto, presentado por el periodista Álvaro Pineda, contó con la actuación musical de Rosario Córdoba, cantante cordobesa especializada en saetas y que dirige el Aula Francisco Castellón, que deleitó a los asistentes con tres de éstas por seguiriyas y carceleras, poniendo así el toque musical de este acto.
La Fundación Cajasol continúa reafirmando su compromiso con la promoción de nuestras tradiciones, acercando la cultura cofrade a la ciudadanía en un espacio de encuentro y reflexión compartida.