Se ha detenido a 11 personas que formaban la estructura criminal y que distribuían la droga haciéndose pasar por pintores vistiendo monos de trabajo y utilizando camiones con los que transportaban palés para ocultar los ladrillos de cocaína en el interior de envases de pintura • En la finca, desde donde funcionaba el laboratorio, operaban cinco “cocineros” que conseguían producir a gran escala hasta 100 kilogramos diarios de esta sustancia compaginando esta labor con la cría de animales -gallos de pelea y perros de caza-
Durante el registro se han intervenido 450 litros de cocaína base disuelta en líquido, 7.000 litros de precursores, 65 kilos de clorhidrato de cocaína, 40 kilos de cocaína base, 7.000 euros, una escopeta, munición así como material para la fabricación del estupefaciente
22/03/25
Agentes de la Policía Nacional han desmantelado en la provincia de Cáceres un laboratorio de producción de cocaína que distribuían camuflada en botes de pintura. Simulaban ser pintores y ocultaban el estupefaciente en furgonetas con palés llenos de envases de pintura. En la finca, donde trabajaban cinco cocineros y un aguador, había también un criadero de animales. En el registro encontraron numerosas cantidades de cocaína en distintos formatos, precursores, dinero, armas y material para la elaboración del estupefaciente.
Los cinco cocineros podían fabricar 100 kilos de cocaína diarios
La investigación se inició a principios de este año cuando se tuvo conocimiento de que un clan familiar podía haberse asentado en Cáceres para instalar un laboratorio de producción de cocaína a gran escala. Las primeras pesquisas, determinaron que se habían encargado de toda la logística e infraestructura para la puesta en marcha de este negocio ilícito, el cual podía llegar a fabricar hasta 100 kilogramos de cocaína al día.
Laboratorio oculto en criaderos de gallos de pelea
El grupo criminal había captado en Colombia a los cocineros para la elaboración del estupefaciente utilizando una finca con grandes medidas de seguridad. Tenía numerosas parcelas alrededor y un solo acceso, disimulando además toda la actividad delictiva con criaderos de gallos de pelea y perros de caza. De esta manera intentaban dificultar cualquier posible vigilancia policial para lo que además disponían de una persona que, actuando como vigilante de seguridad, alertaba de inmediato a los demás miembros del entramado en caso de detectar la presencia policial.
Una vez centrada la investigación descubrieron, a principios de febrero, una furgoneta de alquiler que realizó un viaje hasta un polígono industrial de la localidad madrileña de Humanes. Allí, un matrimonio que regentaba un bar era el que dirigía todo el funcionamiento del laboratorio, aprovechando su restaurante como lugar de reuniones y centro logístico de la organización.
Monos manchados de pintura y herramientas para pasar desapercibido
Después de varias averiguaciones, comprobaron que un varón que simulaba ser pintor vistiendo un mono de trabajo, conducía furgonetas de alquiler y, en otras ocasiones la suya propia, para transportar botes de pintura y diversas herramientas. Los investigadores detectaron que podía tratarse de una tapadera para ocultar toda esta actividad ilícita y transportar el estupefaciente del laboratorio a diferentes puntos de la Comunidad de Madrid. En uno de los viajes, descubrieron que el vehículo iba cargado de sustancias químicas habitualmente utilizadas como precursores para la fabricación de la droga, lo que indicaba que la organización ya tenía todo preparado para comenzar con su producción.
Con todas las pesquisas, a finales de febrero, se realizó un dispositivo policial contando con la participación del Grupo Especial de Operaciones -GEO- para la entrada y registro del laboratorio. En el interior encontraron a los cinco cocineros, que trabajaban a turnos 24 horas al día los siete días de la semana y, al vigilante de la parcela con las máquinas de elaboración del estupefaciente en pleno funcionamiento.
Novedoso método de ocultación de la droga
Tenían todo tipo de útiles como envasadoras, prensas y microondas. Lograron incautar 450 litros de cocaína base disuelta en una sustancia líquida que está pendiente de analizar, lo que indicaba que este era el método de importación de la droga. Se trata de un sofisticado sistema de ocultación que necesitaría primero separar la cocaína base del líquido impregnado para, posteriormente, realizar el proceso de clorhidratado. Además, se han incautado seis kilogramos de clorhidrato de cocaína ya prensados en forma de ladrillo, otros 55 kilos en proceso de secado y 40 kilos de cocaína base en estado sólido, así como 7000 euros, una escopeta y diversa munición.
Además se logró interceptar una furgoneta de alquiler con numerosos botes de pintura blanca conteniendo uno de ellos dos kilogramos de cocaína ocultos. En total se han detenido a once personas las cuales pasaron a disposición de la autoridad judicial como presuntas responsables de los delitos de pertenencia a grupo criminal y contra la salud pública, decretando la autoridad judicial el inmediato ingreso en prisión de diez de ellos.