Los restos mortales del cardenal Miguel Ángel Ayuso, fallecido el pasado lunes en Roma, descansarán en la capilla de San José de la Catedral de Sevilla, su ciudad natal, la misma capilla en la que reposan los restos del cardenal Bueno Monreal. El entierro será el próximo martes, 3 de diciembre, a partir de las cinco de la tarde. esta noticia la ha dado a conocer el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, en el curso de la homilía que ha pronunciado en el funeral por el cardenal Ayuso que se ha celebrado esta tarde en el Altar Mayor de la seo hispalense.
En su alocución, el arzobispo ha detallado los pasajes más destacados de la trayectoria de servicio a la Iglesia del cardenal Ayuso, así como la vinculación que siempre mantuvo con su tierra a pesar de residir muchos años en la capital italiana. Mons. Saiz ha recordado que el cardenal «experimentó el amor misericordioso de Dios, capaz de llevarle a dejarlo todo por seguir su llamada, capaz de darle fuerza para superar toda adversidad, capaz de serenar el corazón en cualquier situación, también cuando la enfermedad y la muerte nos visitan». Más adelante ha subrayado que «don Miguel ha recorrido el camino con fidelidad, sirviendo a la Iglesia. Desde la unión con Cristo, con su palabra, con sus gestos, con su vida entera, con el espíritu de las Bienaventuranzas. Devoto de la Virgen de Regla, en cuyo Santuario de Chipiona ha compartido los tiempos de vacaciones y de convalecencia con los hermanos franciscanos». También ha señalado la estrecha vinculación que el prefecto del Dicasterio para el Diálogo Interreligioso mantuvo con las hermandades sevillanas del Baratillo, Gran Poder, Macarena, Pasión y del Jesús Nazareno de Alcalá de Guadaíra.
Don José Ángel le ha definido como «un sevillano distinguido y gentil» que «tuvo que adaptarse a no pocas privaciones y penalidades físicas en su etapa de misión en África, y que las supo afrontar con paciencia y buen humor». En el repaso a las cualidades del cardenal, monseñor Saiz ha destacado que se trataba de «un hombre de profunda vida espiritual y de misericordia entrañable, que sabía escuchar, sabía esperar, sabía acompañar a las personas, sabía trabajar en equipo, siempre desde la fidelidad a la Iglesia; alegre, cercano, cordial, con fino sentido del humor».
Devoto de la Piedad del Baratillo
Ha finalizado la homilía recordando que «poco antes de su fallecimiento, su cardiólogo definió en pocas palabras su personalidad: ‘una persona muy especial con un corazón muy especial’. En sentido real y en sentido figurado». «La suya ha sido una vida entregada hasta el final, y muy fructífera, como el grano de trigo, que cae en tierra, y muere, y da un fruto abundante. Sus restos mortales descansarán en esta Santa Iglesia Catedral», ha concluido.
Al final de la misa, el arzobispo, en compañía de los obispos auxiliares y el deán del Cabildo, se ha dirigido a la sacristía, donde ha bendecido el relicario de los mártires del siglo XX en España, que fueron beatificados en la Catedral de Sevilla el 18 de noviembre de 2023.