Esta mañana ha arrancado de forma solemne el curso académico 2024-2025 en la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla, que ha servido para estrenar el nuevo salón de actos del centro y dar cuenta del buen estado de salud de una institución que ha recibido recientemente la aprobación de sus nuevos estatutos por parte del Dicasterio para la Cultura y la Educación.
La jornada comenzó con la celebración de la Eucaristía en la capilla mayor. Junto al arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz; han concelebrado el cardenal Guiseppe Betori, arzobispo emérito de Florencia; los obispos auxiliares de Sevilla, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia; los obispos de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández; Huelva, monseñor Santiago Gómez; Asidonia-Jerez, monseñor José Rico; y Coria-Cáceres, monseñor Jesús Pulido; además del decano de la Facultad, Manuel Palma; y un nutrido grupo de sacerdotes.
En su homilía, el arzobispo de Sevilla ha invitado a la comunidad de la Facultad de Teología a “renovar la apertura de mente y corazón a la acción del Espíritu Santo”. En esta línea, ha destacado que “hemos sido ungidos para ser testigos de Cristo en el mundo”. Así, ha advertido que “no seremos buenos teólogos si no somos al mismo tiempo personas de oración”.
En otro momento de su homilía, monseñor Saiz Meneses ha afirmado que “el verdadero maestro es el Espíritu Santo. La misión de nuestra facultad, por tanto, no se limita a la transmisión de conocimientos. Hay que fomentar la escucha atenta, la oración profunda, la apertura a su acción transformadora”.
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