El arzobispo de Sevilla ha coronado canónicamente esta mañana a Nuestra Señora de la Piedad, de la Hermandad del Baratillo, en la Catedral de Sevilla. Se trata, por tanto, de la primera coronación celebrada en el primer templo de la Archidiócesis desde la llegada de monseñor Saiz Meneses a la sede hispalense.
La celebración ha contado con una amplia participación no solo de los hermanos del Baratillo, sino de numerosos representantes de instituciones civiles y militares, de corporaciones sevillanas y devotos en general.
Instantes antes de la coronar a Nuestra Señora de la Piedad, Monseñor Saiz Meneses ha colocado la corona de espinas del Santísimo Cristo de la Misericordia a sus pies. La diadema de oro con la que ha sido coronada la Titular de la Hermandad del Baratillo ha sido elaborada con las aportaciones de hermanos, devotos y hermandades. “Sabéis que tuve el honor inmerecido de colaborar -aunque fuera brevísimamente- en el cincelado de la diadema, en el taller de los Hermanos Delgado”, recordaba el arzobispo.
En su homilía, el arzobispo ha explicado que en este día «vamos a expresar de una manera especial nuestro amor de hijos y vamos a renovar nuestro compromiso de fidelidad en todas las circunstancias de la vida, en todas las situaciones, porque sabemos que ella siempre nos acompaña con su protección”. En esta línea, ha señalado que “la coronamos porque es verdaderamente Reina, por ser Madre de Dios, y porque fue asociada a su Hijo de un modo único, tanto en la vida terrena como en la gloria del cielo. Nuestra Señora de la Piedad nos alienta en la fe que hemos recibido de nuestros padres, y nos impulsa para vivirla en el momento presente y para transmitirla a los demás, especialmente a los más pequeños de la familia, y a los jóvenes”.
Más adelante, ha resaltado que también hoy se celebra la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, Titular de la corporación del Miércoles Santo: “La cruz, que era un instrumento de suplicio y de muerte, gracias al amor de Cristo, se ha convertido en instrumento de gracia y salvación, de perdón y misericordia”. Además, ha insistido en que “la Cruz manifiesta cuán grande es el amor de Dios, y nos declara que en la vida, a pesar de que en ocasiones el sufrimiento se hace presente y podemos quedar paralizados o a oscuras por el dolor, por el egoísmo, por el odio; a pesar de que el mal nos amenaza de diversas formas; a pesar de todo, existe un amor más fuerte que el pecado y que la muerte, más fuerte que nuestras flaquezas y miserias, un amor que hace nuevas todas las cosas. María Santísima nos introduce en el misterio de este amor y nos invita a levantar de nuevo la mirada hacia la Cruz para descubrir en ella la fuente de la salvación y de la vida”.
Sobre la imagen de la Piedad
Con esta coronación canónica, ha continuado el arzobispo hispalense, “nos comprometemos a que reine en nuestros corazones, en nuestros hogares, en nuestra hermandad, en Sevilla. Le pedimos que nos enseñe a responder con generosidad a la llamada de Dios, a caminar en la fe y la esperanza, a mostrar su piedad y misericordia especialmente a los pobres, a los que sufren, a los indefensos, a los más necesitados”.
Una triple corona
Galería de fotos: Miguel Ángel Osuna
Homilía de monseñor José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla